El expresidente Álvaro Uribe ha emitido un pronunciamiento en defensa de su hermano Santiago Uribe, actualmente vinculado a un proceso judicial en el que enfrenta acusaciones relacionadas con actividades paramilitares en Antioquia.
Uribe aseguró que el presidente Gustavo Petro, junto a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y diversas organizaciones de izquierda, estarían ejerciendo presiones indebidas para obtener una condena contra su hermano.
Según el expresidente, el caso contra Santiago Uribe ya había sido resuelto a finales de los años 90, cuando el exjefe de Estado fungía como Gobernador de Antioquia, con decisiones judiciales en primera y segunda instancia que exoneraron a su hermano. No obstante, el proceso fue reabierto en 2010, lo que, según Uribe, ocurrió bajo un plan de desprestigio impulsado desde Venezuela. La declaración del mayor retirado Juan Carlos Meneses, quien ha sido un testigo clave en el caso, fue utilizada para reactivar la investigación, a pesar de que Meneses tenía supuestos vínculos con el Cartel del Norte del Valle, aseguró el exmandatario.
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Uribe también se refirió a la defensa del sacerdote Palacios, uno de los involucrados en el caso de los «Doce Apóstoles», a quien se le atribuía ser el líder intelectual del grupo. El sacerdote y otros presuntos implicados fueron defendidos, según Uribe, por destacados juristas, como Fernando Velásquez y Jesús María Valle Jaramillo. Uribe subrayó que Valle Jaramillo, asesinado posteriormente por paramilitares, no tendría ninguna motivación para defender a Santiago Uribe si este hubiese estado vinculado a actividades paramilitares, argumentando la integridad y ética del abogado como evidencia de la inocencia de su hermano.
En cuanto a la figura de Meneses, el expresidente Uribe calificó su testimonio como «una cadena de mentiras» y detalló cómo Santiago Uribe se encontraba en Manizales durante los días que Meneses lo acusa de estar en Yarumal. Según el expresidente, la asistencia de Santiago a la feria taurina de Manizales en 1995 quedó documentada por la prensa local, con pruebas fotográficas y testimoniales que contradicen la versión de Meneses.
Otro testigo controvertido en el proceso es Eunicio Alfonso Pineda Luján, a quien Uribe describió como un «enfermo mental» con diagnóstico de esquizofrenia, cuyo testimonio fue supuestamente fabricado y sostenido financieramente por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y el sacerdote jesuita Javier Giraldo. Uribe enfatizó que la Fiscalía presentó pruebas que desacreditan las declaraciones de Pineda, quien, de acuerdo con Uribe, fue manipulado para implicar falsamente a su hermano en actividades ilegales.
Además, el expresidente denunció que durante el proceso hubo intentos de presionar a exmiembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para que dieran falsos testimonios contra Santiago Uribe. Exjefes de esta organización, como alias «Julián Bolívar» y alias «Monoleche», testificaron que se buscaba forzarlos a incriminar al hermano del expresidente, presuntamente bajo presiones ejercidas por sectores que se oponían políticamente a Álvaro Uribe.
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