Las vacunas hacen parte de esos procesos que buscan el bienestar de los seres humanos. Hay quienes afirman que son un progreso de la humanidad. Buscan generar inmunidad o establecer ciertos anticuerpos que rechacen o impidan los efectos nocivos de ciertos virus letales al organismo humano. En este momento todos los países del mundo están a la expectativa de los procesos de negociación que tienen que ver con la VACUNA, de tal forma que se contrarreste la epidemia y que en parte nos permita en la proporción de su efectividad regresar a la normalidad, situación que por lo visto, parece improbable a corto plazo.
Sin embargo, luego de reconocer que los errores de la expansión y el crecimiento de esta pandemia, es fruto de la ineptitud y mal manejo burocrático, estatal, administrativo y corrupto al que nos han llevado, todo ello ha permitido la propagación de la misma, por ausencia de políticas de protección de la vida y la salud de los habitantes. Hoy se advierte del rebrote o un segundo pico o la aparición de nuevos procesos de contagio con un virus que se ha transformado con otras incidencias de mayor o menor gravedad o capaz de ser expansivo y más volátil que el virus primario.
Pero en medio de todo, cuando ciertos gobiernos como el Colombiano, ocultan y se niegan a dar a conocer los contratos que se han podido originar en torno a la compra por parte del Estado de dichas dosis para la vacuna, se habla que se requieren aproximadamente 35 millones de dosis, y no lo es menos cierto, que los antecedes de corrupción en todos los estándares institucionales ha llevado a pregonar la existencia de un Cartel alimentado en la pandemia en Colombia, donde sin lugar a dudas, estarán los negociados o formas como se ha de disfrazar el enriquecimiento de cierta franja de la población con la adquisición o manipulación de dicha vacuna.
Según algunos conocedores del asunto, se tiene que hay aproximadamente cinco tipos de vacunas, donde los costos y la forma que se ofrece o los negociados que se esconden detrás de todo este proceso, son escandalosos.
Según información de la revista Dinero: “La vacuna de Moderna tendría un valor de entre US$25 y US$37 por dosis (entre $91.000 y $134.000), la de Pfizer-BioNTech oscilaría entre los US$50 y US$64 (aproximadamente $182.000 y $232.000) y la de Jhonson & Jhonson es de las más económicas pues su costo sería de US$10 ($36.400)». Mientras esto se conoce se sabe que la vacuna de de Oxford y AstraZeneca tendría un costo de 2.8 dólares. Y la rusa, se dice que tendría un costo inferior.
Pero hay quienes advierten que esas vacunas costosas serían las que se están adquiriendo con destino a los políticos, a los militares, a los sanitarios (personal de salud), y a las clases altas, todos bajo la responsabilidad de los gobiernos que las entregarían a sus allegados y socios que detentan el poder. Mientras estas compras se hacen a estos precios, se comprarían otras grandes cantidades de la más barata, que podría estar por ser alta la demanda entre un dólar y medio y dos dólares por dosis, sin garantizar la eficacia o la efectividad de la misma.
Vaya la corrupción a saber, qué tipo de vacuna es la que en últimas van a entregarnos a los colombianos, para que sigamos predicando ante el mundo entero, que somos uno de los cinco países más felices del mundo, donde las masacres y la muerte de líderes sociales no nos incomodan y todos somos como borregos eligiendo y reeligiendo a nuestros propios verdugos y asesinos.
