Por estos días nos enteramos de un nuevo desfalco al presupuesto de la nación, es decir de los colombianos, es decir de los impuestos que pagamos todos.
Se trata de un escándalo sobre un contrato por la módica suma de 1,07 billones de pesos firmado por el Ministerio de Tecnología de la Información y las Comunicaciones MinTIC y la Unión Temporal Centros Poblados UTCP para llevar servicio de internet gratuito por 11 años a 7.468 colegios rurales en 15 departamentos del País.
El escandalo se desató cuando fueron a revisar el avance de obra para garantizar el servicio, que se debía prestar a partir de abril del presente año, encontrando que no se había avanzado nada a pesar de haber recibido la suma de $70.000 millones de pesos de anticipo, y en ese momento ahí sí, se pusieron juiciosos a revisar pólizas, garantías e historial de la unión temporal y sus participantes, encontrando según los primeros hallazgos posible falsedad en las pólizas de garantías.
De acuerdo con El Heraldo de Barranquilla, la ministra barranquillera Karen Abudinem, inmediatamente se enteró de las irregularidades “Tomo medidas pertinentes que le permitieran defender los recursos del Estado, mediante una actitud vigilante…” entre otras declarar la caducidad del contrato y remitir a la Fiscalía, Contraloría y Procuraduría para iniciar investigaciones.
Yo me pregunto: ¿Esa actitud vigilante debió ser durante el proceso de contratación o previo al pago del primer anticipo? En el entendido que la cifra del anticipo no es ninguna “bicocada”. Maxime cuando el mismo medio comenta que con las primeras indagaciones de la ministra y algunos de sus colaboradores encontraron “hallazgos escandalosos” como garantías falsas, procesos de detrimento patrimonial en la Contraloría contra la empresa contratista, y falta de experiencia, sumado al hecho de que al 30 de abril cuando debía entregar el servicio funcionando en los primeros 750 colegios no se había hecho nada.
Lo más grave es que este es otro de los desfalcos a los que estamos acostumbrados: Reficar 5 billones de pesos, SaludCoop 1.4 billones de pesos, el Cartel de la Hemofilia 86 mil millones de pesos y el Carrusel de la contratación con 2.2 billones de pesos, sin mencionar el Cartel del sida, el Cartel de la toga, entre otros. Todos desfalcos que ni se terminan de aclarar, ni se recupera el recurso público ni se encuentran responsables, excepto claro está los hermanos Moreno en Bogotá.
Y como en la vieja canción “la vida sigue igual” el presidente Duque hablando de los “grandes esfuerzos por la transparencia”, los políticos negligentemente hablando de “cero corrupción” mientras nos convencen de que no hay plata, que se necesita otra Reforma Tributaria, que debemos pagar más impuestos.
Esos son los verdaderos vándalos, los que se roban lo público, los que dejan sin salud, sin energía eléctrica, sin educación, sin vías y sin oportunidades a cientos de miles de compatriotas y definitivamente cada vez es más apremiante la necesidad de hacer cambios, de renovar Cámara y Senado, de elegir personas comprometidas con el respeto por el erario público, comprometidas con gobernar por la gente y para la gente y no para el beneficio de ellos y sus amigotes que son los que los mantienen en el poder.