Diario del Huila, Neiva
Por: Juan Manuel Macias Medina
Con la fe puesta en Dios recibieron el año 2021 los vendedores formales e informales del centro de la ciudad de Neiva, pues para ellos, es el único que podría mejorar las ventas del inicio de este nuevo año. A la preocupación por la reducción de las ventas, se suman las nuevas medidas adoptadas por la administración para mitigar el impacto de la pandemia en la ciudad, cuestión que pone en vilo el plato de comida que llevan a sus casas.
Al ingresar al centro de la ciudad, se logra percibir un ambiente de desesperación, pues los vendedores informales están entrando, según manifestaron, a la peor época del año. “La gente no compra porque no tiene plata”, es la frase más recitada entre las personas que salen todos los días a ofrecer sus productos en el centro de la capital opita.
La preocupación de los vendedores es crítica en esta época del año, pues según ellos, la capacidad económica de los neivanos en el mes de enero es reducida, sin embargo, ahora la preocupación no es solamente por las ventas, sino por las estrictas medidas que se pueden tomar próximamente con el fin de prevenir el contagio del coronavirus entre los habitantes.
“En enero siempre es difícil la situación porque la gente no está comprando, nosotros salimos a los barrios a ofrecer también y pasa lo mismo, la gente no tiene plata. No sabemos que vaya a pasar con el tema del coronavirus y nos tocará ponernos a hacer cualquier cosa porque uno tiene hijos y no los puede dejar sin la comida”, sostuvo Katherine Polania vendedora formal del centro de la ciudad.
Así mismo, Polania indicó que en caso de un confinamiento total o de no ver resultado en las ventas en el inicio de este año, tendrá que buscar empleo en el campo, pues su familia no puede dejar de recibir un ingreso económico.
“A nosotros nos va a tocar pellizcarnos, de seguir la cuestión así como va con tanto contagio pues nos va a tocar salir al campo porque no tenemos de otra, yo obligatoriamente tengo que sacar plata para la comida de mis hijos y eso es lo preocupante”, dijo con desesperación la vendedora.
“Si cierran la ciudad nos tocará irnos o quedarnos encerrados, a mi esposo le dio covid y estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos muy grave, entonces nos toca cuidarnos mucho y esperar la ayuda de la familia del campo que nos ha colaborado siempre mandándonos plátanos y comida”, afirmó Katerine.
Con la fe en Dios
Para Sandra Serrato, vendedora informal de jugos que ofrece sus productos en la Carrera Quinta con calle Octava, la situación no es diferente, pues la pandemia y la reducción en ventas que esta acarrea, la ha obligado a colocar toda la fe en Dios ya que, según ella, es el único que puede hacer que mejore la situación.
“Las ventas han estado muy suaves, para esta época las ventas siempre han sido menores que en otros meses, pero esta vez si está la situación muy difícil por el tema de ese virus”, indicó la vendedora.
“Lo único que nos queda es tener fe en Dios, es el único que nos puede sacar de esta situación, el proveerá para lo que necesitemos, no tenemos otra salida, no nos podemos adelantar a nada pero es él el que nos da el día y la noche”, agregó Serrato.
Sin ayudas
Por otro lado, James Acosta, un vendedor informal que ofrece tapabocas y correas, frente a las instalaciones de la Asamblea Departamental del Huila, indicó que la situación que han vivido los vendedores de la ciudad está muy mala, no solo al inicio de este año, sino desde que se dio comienzo al confinamiento total por parte del Gobierno Nacional.
“La situación está muy mala, no solo para mí sino para todos los vendedores del Huila desde marzo del año pasado, la gente no quiere comprar por miedo al virus y uno entiende, estas épocas no son para estar comprando sino para ahorrar y mirar a ver que es lo que va a pasar”, aseguró Acosta.
El vendedor indicó que no ha sido tenido en cuenta en ningún momento por los entes gubernamentales para las ayudas que se han generado para aliviar la situación que están viviendo miles de personas en la ciudad.
“A mi no me han tenido en cuenta nunca a pesar de esta situación, el Gobierno no está ayudando a la gente pobre como debe ser. Yo he visto gente que no necesita reclamando mercados y ayudas de plata, pero a nosotros que somos los que en realidad siempre hemos necesitado, nunca nos han brindado una ayuda”, sostuvo el vendedor informal.
En diciembre mejoraron las ventas pero no como esperaban
Según manifestaron las personas encargadas de ofrecer cualquier tipo de productos en las principales calles del centro de la capital opita, en la temporada decembrina si hubo un aumento en ventas, sin embargo, estas no fueron, en muchos casos, ni la mitad de los años anteriores, esta situación, dicen los vendedores, se debe a la falta de dinero ocasionada por la emergencia sanitaria por el covid-19.
Diferente a lo que se podía percibir en las calles del centro de Neiva en la temporada navideña, fueron las ventas de los comerciantes. La época de fin de año aglomeró miles de personas que, al parecer, iban al centro de la ciudad a comprar artículos necesarios para los días de navidad y fin de año.
Aunque hubo gran flujo de personas en la temporada de fin de año por el centro de la ciudad, vendedores como Katerine Polania, indicaron que las ventas en esta época del año, no se pueden comparar con las ventas del mismo periodo en años anteriores, esto, según ella, se debe a la crisis sanitaria que está atravesando el mundo.
“La pandemia nos puso las cosas muy difíciles, las personas cuidan más el dinero y no es como los tiempos anteriores. En temporadas anteriores a la pandemia nos vendíamos mucho más de lo que vendimos en esta temporada de este año”, indicó la comerciante.
Según Jaime Carrillo, las ventas las acapararon los grandes locales comerciales, debido a que ellos compran al por mayor, tienen más facilidad para ofrecer los productos a un mejor precio.
“No podemos decir que nos fue mal porque no fue así, pero anteriormente yo me vendía en una temporada de navidad $400.000 diarios, esta temporada me vendí 150, máximo 200. A nosotros nos venden el producto más costoso porque no compramos mucha mercancía, en cambio esos locales grandes pues venden un poquito más barato porque compran por cantidades, entonces eso nos mermó la venta”, expresó Carrillo.
Por su parte, Sandra Serrato, sostuvo que en la temporada decembrina las ventas fueron muy reducidas, en su caso, se redujeron hasta en un 50%.
“Las ventas en la temporada estuvieron algo suaves, un día de diciembre en plena temporada no pasaba uno de $70.000, mientras que con relación a las ventas de años anteriores uno se vendía mucho más de $100.000”, puntualizó la vendedora de jugos.