Sin una solución total permanecen los habitantes del municipio de Colombia, tras los
daños generados por el río Ambicá, que los dejó incomunicados, pese a que la comunidad
trabaja para habilitar un puente militar, aún esperan una solución definitiva.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Felipe Poloche
A 1 kilómetro del puente El Milagro, que queda la entrada del municipio de Colombia, el
pueblo al norte más alejado de Neiva, se ha presentado desde que el Batallón de
Ingenieros del Ejército Nacional, finalizó la pavimentación de esta carretera que se
comunica con el municipio de Baraya (Huila), entre los años 2008 y 2015, la pérdida de
350 metros de la banca en la vía debido al deterioro que ha ocasionado el agua del río
Ambicá, un afluente del río Cabrera que en épocas de invierno incrementa su caudal
ocasionando afectaciones en toda su ribera.
Este río ha tenido fuertes crecientes a lo largo de su historia reciente, que ha
desencadenado una serie de afectaciones debido a la proporción extensa de sus playas,
como la ruptura del puente El Milagro presentada en dos ocasiones, dejando aislados a los
doblemente colombianos con el Huila durante meses, obligando a sus habitantes a tener
que desplazarse hacia el norte hasta el municipio de Dolores, en el departamento de
Tolima, para poder comunicarse con el resto del país. Así mismo, como la destrucción de
terrenos aptos para cultivos de plátano y arroz que se encuentran junto a sus orillas, y el
empeoramiento de la agrietada vía.
Causas del problema
Pero el problema no solo radica en las condiciones que el río Ambicá, ha presentado
debido al incremento de sus aguas por las precipitaciones en las temporadas anuales de
lluvia, sino en la naturaleza geológica de este territorio semidesértico y de alta sismicidad
como lo indica el Servicio Geológico Colombiano (SGC), que ha venido generando un
impacto destructivo en muchos tramos de los 38 kilómetros de vía entre Baraya y
Colombia.
Según el líder social Fabián Zaragoza, los mantenimientos que ha realizado el consorcio y
la gobernación del Huila, en la vía ante las afectaciones ocurridas no mitigan los daños
“porque la carretera se encuentra sobre una falla geológica que por más que se hagan
intervenciones, inevitablemente se seguirá hundiendo” expresó.
Las zonas viales mayormente afectadas se ubican en las veredas El Totumo, Las Vegas, El
Venado, El Tablazo, Carrasposo, Arizona y Los Lagos, donde no solamente se han
expuestos varios agrietamientos en la calzada, sino también, constantes deslizamientos de tierra dejando sumergido la placa asfáltica y afectando el tránsito de vehículos particulares y de transporte público.
Las intervenciones que Invías y la gobernación del Huila han realizado en el municipio, han
sido escasas en comparación con el número de daños que surgen mensualmente en la
carretera, así coinciden y lo califican los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de
las veredas anteriormente mencionadas al ser consultados por el Diario del Huila.
Por esa razón, los habitantes de este sector en el centro de la zona rural del municipio de
Colombia, desarmaron y trasladaron por partes un puente militar de composición
metálica que estaba ubicado en la vereda El Venado, hacia el sector de El Totumo, debido
a que, en el mes de mayo del año 2017, una creciente súbita arrasó con el puente de
concreto que allí funcionaba dejando a siete veredas incomunicadas. Para ello, han
realizado la recaudación de fondos mediante bazares, bingos y rifas, que han permitido la
construcción de la base de concreto donde será ubicado el puente.
La principal afectación y que tiene mayormente preocupados a los doblemente
colombianos, son los 3 kilómetros anteriores a la entrada del casco urbano del municipio
de Colombia en la vereda San Antonio, con deslizamientos de tierra que, a pesar de ser
removidos por maquinaria amarilla, se siguen presentando derrumbes desde la parte alta
de las montañas; además de la pérdida de la banca por la incidencia del río Ambicá y el
hundimiento de la carretera.
Solución temprana
De acuerdo al ingeniero Hernando Quezada, coordinador de Kits de Maquinaria de la
gobernación del Huila “Se determinó sencillamente que hay que retirar el cauce del río
que le está pegando al talud de la vía, para poder volver a recomponer la banca. Ese
trabajo lo vamos a ejecutar próximamente con los kits de maquinaria de la gobernación”
sostuvo.
Esta vía según el Plan de Ordenamiento Departamental (POD) es de primer orden a cargo
del departamento, por lo que a la gobernación del Huila le corresponde atender la
situación de los 20 kilómetros afectados (que tiene habilitado solamente un carril), en un
contrato que según indicaron, ya está en proceso de ejecución.
El gobernador del Huila, Luis Enrique Dussán, se había comprometido desde el año 2021
en gestionar recursos a través de regalías y de otros recursos con Invías para resolver la
situación de movilidad que se presentó tras la afectación del puente de El Totumo y la vía
que recorre la vereda San Antonio, para un costo cercano a los $7.500 millones de pesos.
A su vez, el alcalde del municipio de Colombia, Isauro Lozano Díaz, había anunciado que le
haría la solicitud al Concejo Municipal, de un empréstito por $1.500 millones de pesos. Sin
embargo, estos recursos según los habitantes que participan en el traslado del puente metálico hacia su nueva ubicación, nunca fueron destinados para la resolución del problema.
Las esperanzas de los habitantes de Colombia se centran ahora, en que la futura
construcción de la vía que comunicará a ese municipio con La Uribe en el departamento
del Meta, proyecto que se estableció en el gobierno de Juan Manuel Santos, para la
unificación de los departamentos llaneros con el centro del país y el océano pacífico,
solucione de una vez por todas la problemática que se estableció en toda la vía Baraya –
Colombia, que ha afectado el desarrollo y el progreso de esta región agropecuaria y
ganadera, rica en recursos naturales.
