La alta intensidad de las lluvias en la región surcolombiana, ha venido generando durante las dos últimas semanas, serias dificultades en los cordones viales que comunican con los departamentos del Caquetá y Putumayo, la fragilidad e inestabilidad geológica que presentan los terrenos aledaños a estos circuitos viales, están generando permanentes remociones en masa, que impiden el libre tránsito de pasajeros y bienes y servicios. La población residente en estos entes territoriales está padeciendo el viacrucis del suministro de combustibles, alimentos y demás insumos para el desarrollo normal de sus actividades económicas. Lo anterior, han colocado en serios aprietos al gobierno nacional y a la Concesionaria de la Ruta al Sur, que les ha tocado establecer planes de contingencia, con el fin de subsanar transitoriamente los pasos vehiculares.
Igualmente, el deterioro ambiental que están presentando las laderas que se encuentran en los costados de las vías, están siendo intervenidos de manera irresponsable por los moradores de estos territorios. La deforestación progresiva, incendios forestales, minería ilegal, prácticas agrícolas inadecuadas y antitécnicas, están contribuyendo al deterioro progresivo de estas áreas que, con la llegada del invierno, se convierten en factores detonantes para que ocurran estos deslizamientos que colocan en serio riesgo la seguridad de los vehículos que diariamente y a toda hora circulan por estas carreteras.
El gobierno nacional, debe intervenir severamente para que este accionar antrópico no se vuelva a presentar en las zonas de alta pendiente que se encuentran aledañas a estas carreteras. Pero otro elemento desencadenante que contribuye a estas tragedias es el cambio climático. Los colombianos estamos asistiendo a las diferentes transformaciones que está presentando el clima, que, durante el día, ocurren altas temperaturas y en la noche sobrevienen altos temporales lluviosos que están afectando la dinámica productiva en algunas regiones del país. Se están generando grandes procesos desestabilizadores en la infraestructura productiva y el bienestar de los habitantes.
El uso masivo del carbón y de los hidrocarburos como combustibles para generar energía eléctrica y para el uso en la locomoción, están creando grandes desequilibrios en el medio ambiente. Es indispensable que los países empiecen a cambiar estos usos industriales y enfocarlos para la producción de bienes sustentables. Así pueden existir más economías verdes, como han emprendido la mayoría de naciones que han asumido el compromiso de fomentar políticas públicas tendientes a defender los recursos naturales. Esta decisión debe contribuir a crear unas expectativas favorables para disminuir las emisiones de efecto invernadero que provienen de la quema de estos recursos naturales.
Estamos sufriendo los efectos catastróficos de inundaciones, deslizamientos desbordamientos de los ríos y quebradas entre otros, como los ocurridos recientemente en algunos municipios del país. Han sido afectados viviendas, carreteras, acueductos, cultivos y demás elementos estructurantes que soportan su dinámica económica.
