DIARIO DEL HUILA, INFORME
De las 218 personas que participaron en declaración y observación de los hechos aportados frente a lo expuesto por 15 excombatientes de las FARC, el 54% se identificaron como víctimas directas y el 46% como familiares de quienes han vivido el reclutamiento de niños y niñas.
Durante el 2021 la Sala de Reconocimiento diseñó e inició la implementación de una ruta estratégica de priorización con enfoque territorial para investigar el reclutamiento y utilización de niños y niñas en el marco del conflicto armado.
En agosto de 2021, la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas – SRVR – encontró un universo de 18.677 víctimas únicas, que constituyen una cifra provisional de hechos del Caso 07, como resultado de un ejercicio preliminar de contrastación sobre el reclutamiento y utilización presuntamente cometido por las extintas Farc-EP.
Esta cifra se obtuvo tras cruzar 31 bases de datos aportadas a través de 45 informes presentados por parte de las organizaciones de víctimas, del Estado y de instituciones universitarias.
Fue así como se identificó que solo para el periodo de 1996 a 2016, el total estimado de víctimas se ubica entre 19.253 y 23.811 niños y niñas que fueron reclutadas.
Los responsables
Le ha logrado determinar que el 48% de los hechos de reclutamiento y utilización de niñas y niños, se asocia a la acción del Bloque Oriental de las antiguas Farc-EP. Este bloque, que operó en Arauca, Boyacá, Cundinamarca, Casanare, Meta, Guaviare, Vichada, Guainía y Vaupés, es la estructura con mayor número de victimizaciones asociadas. Le siguen los antiguos bloques Noroccidental, Occidental, Comando Conjunto Central, Magdalena Medio y Caribe. Por ello, la Sala decidió priorizar territorialmente la investigación.
Recolección de los hechos
Durante algunos meses y hasta el anterior 30 de noviembre, la jurisdicción Especial para la Paz JEP, decepcionó los relatos y observaciones de 218 víctimas del reclutamiento de menores en el país a través de distintos canales, frente a la versión dicha por 15 exintegrantes del antiguo secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Dentro de las personas que hicieron parte de estas declaraciones se encuentran personas que vivieron de frente los hechos violentos en el Huila, así como en Meta, Caquetá, Guaviare, Cauca, Huila, Tolima, Putumayo, Santander, Casanare y Antioquia.
Hablaron en detalle de las situaciones que tuvieron que vivir, en contra de su voluntad, mientras hicieron parte de las filas de las FARC, pero también de las instrucciones que se daban dentro de la estructura, los crímenes cometidos, las directrices de la antigua guerrilla en materia de anticoncepción y embarazos de sus integrantes, el tratamiento de hechos de violencia sexual y las vivencias de las familias de las niñas y niños reclutados y la desaparición de muchas de las familias de los implicados.
Las declaraciones fueron las recibidas en el archivo que tiene por nombre Caso 7 del cual hacen parte algunos de los exjefes como lo son Rodrigo Londoño Echeverry, Milton de Jesús Toncel Redondo, Julián Gallo Cubillos, Pastor Lisandro Alape Lascarro, Jaime Alberto Parra Rodríguez, Pablo Catatumbo Torres Victoria.
Las diligencias se han concentrado en la escucha de las experiencias de mujeres que sufrieron el reclutamiento siendo niñas; así como de madres y hermanas cuyos familiares fueron reclutados ilícitamente y hoy se encuentran desaparecidos.
De igual manera, se realizó una diligencia específica con personas con orientación sexual, identidad o expresión de género diversas que vivieron el reclutamiento siendo niños/as.
En estas diligencias, la magistratura escucha a las víctimas sobre la forma particular en la que vivieron el antes, el durante y el después del reclutamiento. Así como las diferentes violencias que sufrieron al interior de las filas siendo niñas como violencias sexuales y reproductivas.
Cifras
De acuerdo con las cifras del Registro Único de Víctimas de la Unidad para las Víctimas, el número más grande de víctimas están en Antioquia con el 15,8%, seguido por Meta con el 6,4% y Caquetá con el 6,3%. El 2,3% se encuentran en Medellín – Antioquia, 1,6% en San Vicente del Caguán – Caquetá y 1,5% en San Andrés de Tumaco – Nariño.
Según el último dato que recoge todo lo corrido de un año, se tiene que, entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de diciembre de 2021 ocurrieron 519 eventos en el país relacionados con la vinculación de niños, niñas y adolescentes a grupo armados, siendo el 2018 el año más alto: concentró el 34 % del total de los eventos ocurridos (176), mientras en 2019 se evidenciaron 144; en 2020, 116 y finalmente, en 2021, 83.
El fantasma de la desaparición forzosa
Por otro lado, la Sala trabaja de manera articulada con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). Entre la Sala y la Unidad existe una ruta de coordinación para apoyar la búsqueda de niñas y niños que fueron reclutados y que se encuentran desaparecidos. Con este fin, la Sala ha enviado a la Unidad información sobre 135 niñas y niños desaparecidos y, en conjunto con esta entidad y Medicina Legal, avanza en el proceso de identificación de 47 cuerpos recuperados en La Unión Peneya, en el departamento de Caquetá.
De acuerdo con el Universo Provisional de Hechos dentro de los rangos de edades de los niños víctimas de reclutamiento que más se presentan son los que están entre los 15 y 17 años con un total de 9.870 casos y para el caso de niños y niñas con menos de 14 años la cifra es de 5.691 casos.
En las declaraciones del Caso 07 se lee “la Sala determinó dos hipótesis de trabajo “las Farc-EP reclutaron y utilizaron sistemáticamente para el desarrollo del conflicto armado a niños y niñas de 15, 16 y 17 años como parte de su política expresa y formal de reclutamiento. Sobre los niños y niñas reclutadas teniendo 14 años o menos, la Sala trabaja bajo la hipótesis de que las Farc-EP reclutaron y utilizaron sistemáticamente, para el desarrollo del conflicto armado, a niños y niñas de este rango de edad, contrariando sus propias disposiciones expresas y formales”.
La macabra vida
De los relatos entregados por las víctimas acreditadas en el Caso 07, la Sala también ha encontrado que, en el marco de la vida ‘intrafilas’ de las personas menores de edad reclutadas, pudo haberse cometidos homicidios, torturas, tratos crueles, humillantes y degradantes, así como otros actos inhumanos. Esto, principalmente asociado a las sanciones disciplinarias a las que fueron expuestos, a sus condiciones de vida dentro de las Farc-EP y a retaliaciones en contra de las familias o comunidades de las que provenía la población infantil.
Dentro de las 470 víctimas acreditadas en el Caso 07 se determinó que cerca de 87 sufrieron violencia sexual lo que ha dejado en ellas una orientación sexual diversa, 85 víctimas que refieren haber sufrido tratos crueles, inhumanos o degradantes dentro de las filas, y 103 víctimas que han sido reportadas como desaparecidas.
Así mismo, de las víctimas participantes, 285 son mujeres y 185 son hombres. Las mujeres representan 61% de los afectados. 33 víctimas se han identificado con algún tipo de pertenencia étnica y 9 con una orientación sexual o identidad de género diversa.
En el desarrollo de la investigación respecto del reclutamiento y utilización de niños y niñas en el marco del conflicto armado, la Sala de Reconocimiento ha recibido 45 informes con diferentes contextos regionales e históricos que revelan dinámicas especiales y particulares asociadas al reclutamiento y utilización en algunas zonas del país.
Algunos testimonios
Uno de los 50 relatos vinculados a los casos de ‘Modos de acercamiento-captación diferenciales según el género de la víctima’ se lee “a las mujeres les mandaban los hombres más simpáticos, el que más hablaba, el que más. Y a los niños pues las mujeres”. Igualmente, una de las víctimas relató haber sido vinculada al grupo armado a través de una de sus amigas, quien era frecuentada por dos jóvenes integrantes de las filas de las FARC y al parecer tenía una relación afectiva o sexoafectiva con uno de ellos. Su amiga le había contado a la víctima que estos jóvenes le habían propuesto vincularse al grupo. Así, la víctima no tuvo contacto directo con los integrantes de las FARC; fue su amiga la que propició la situación en la cual fueron reclutadas.
En el caso de las violencias sufridas (incluyendo violencia sexual) durante el momento del reclutamiento, y previo a su entrega a las filas el escenario de riesgo se dio en tanto que las víctimas tuvieron que pasar la noche con sus reclutadores en cambuches, mientras iban camino al campamento. Bajo estas circunstancias, una de ellas fue accedida carnalmente por uno de los integrantes del grupo armado, y más tarde otro de ellos también intentó accederla. Otra joven también relató que se “propasaron” con ella, reportando tocamientos.