La implementación de la fracasada política pública de la Paz Total, se ha convertido en el peor dolor de cabeza para todas las familias colombianas, que día tras día son sometidas a la presión de las organizaciones narcoterroristas que, durante el último año, han tenido un ambiente propicio para cumplir con su accionar delincuencial. Este sofisma de distracción, que ha venido exponiendo el gobierno nacional, como si fuera la panacea y la salida para encontrar la paz y la tranquilidad en nuestros hogares, ha permitido que éstas, estén ampliando su radio de acción mientras los voceros del gobierno nacional estén ventilando en la estratosfera que es la salida a este creciente conflicto armado. Hay regiones del país, que están dominadas por estos grupos subversivos, donde ejercen su autoridad y su mando, generando nuevos estilos de vida, que están empobreciendo al pueblo colombiano. No estamos generando oposición al gobierno del presidente Petro. Estamos desde estas líneas analizando la realidad que estamos viviendo.
En nuestro departamento más de 10 municipios tienen presencia de grupos armados. El boleteo, las vacunas, reclutamiento forzado, carnetización, aumento del narcotráfico, quemas de vehículos públicos, son expresiones entre otras, que se manifiestan a diario en nuestra rutina. Cada vez es mayor el temor de los campesinos, que se encuentran inermes y que en muchas ocasiones no reciben protección del Estado Colombiano, porque sus fuerzas militares y la fuerza pública, se encuentran atemorizadas porque les han restringido su accionar. La aviación no puede actuar para contrarrestar esta oleada de violencia. Desde la Casa de Nariño ha recibido órdenes perentorias para que permanezcan acuarteladas, Absurdo. Los pilotos deben bajar al teatro de operaciones a pedirles la cédula de ciudadanía, para poder conocer si los narcoterroristas son mayores de edad, para contrarrestarlos. Esta fue la principal estrategia utilizada en los anteriores gobiernos para diezmarlos. Ahora no. Hay que consentirlos. Por este motivo cuando se presentan confrontaciones, las fuerzas del Estado se encuentran en desventaja frente a estas organizaciones delincuenciales.
La quema de la buseta de Coomotor en la vía del cruce de la ruta 45 al municipio de Algeciras ocurrida hace dos noches, es una muestra de esta violencia absurda. Es el segundo vehículo incinerado en los últimos dos meses. Las familias colombianas se preguntan hasta cuando seguiremos soportando este viacrucis, por culpa de la irracionalidad demencial de algunos actores que se aprovechan de un gobierno que no tiene un norte y que está semanalmente exponiéndose a los escándalos que se han suscitado al interior de los movimientos políticos afectos a su gobernanza. Es importante que el ejecutivo no les de la espalda a los alcaldes y gobernadores que claman el apoyo gubernamental. No se esconda presidente Petro. Dé la cara a esta grave problemática que esta presentando todo el país.