POR: JORGE ELISEO CABRERA CAICEDO
JULIO 22-2023.
Sí, volvió a ganar Colombia, después del fallo de La Haya sobre el conflicto marítimo con Nicaragua, con la renuncia de la sorda e inepta ministra de minas, sobre la base de que su reemplazo tenga un mínimo de conocimiento sobre la materia, que le permita entenderse con expertos, empresarios, medios de comunicación y los congresistas, que le permitan al gobierno tomar decisiones racionales y realistas, especialmente sobre la exploración y explotación de petróleo y gas. Igualmente, que permita implementar la transición energética gradual, sin caer en la tentación de instalar plantas nucleares, las cuales se están sustituyendo en el mundo entero, por los grandes riesgos que generan.
Volvió a ganar el país por la acertada elección de Iván Name como presidente del Congreso Nacional, verdadera garantía de independencia del órgano legislativo. No aconteció lo mismo con la elección de Andrés Calle como Presidente de la Cámara de Representantes, quien agradeció su elección al presidente Gustavo Petro y al ministro del Interior Luis Fernando Velazco.
Volvió a ganar el país con las valiosas intervenciones de los voceros de la oposición, especialmente de María Fernanda Cabal y David Luna en la sesión de instalación del nuevo período legislativo, con la presencia del presidente Petro. Fue desvirtuado su propósito de ¨Colombia potencia mundial de la vida¨, por la proliferación de toda clase de delitos contra la vida y tranquilidad de los habitantes de todo el territorio nacional, y muy lejos de alcanzar ¨la paz total¨.
El presidente Petro volvió a invocar un nuevo ¨acuerdo nacional¨, para lograr la aprobación de sus proyectos de reforma, después de que él mismo destruyó los acuerdos iniciales.
Desafortunado el discurso del presidente Petro en la isla de San Andrés, lleno de odio contra la ¨oligarquía Bogotana¨.
La invitación a un nuevo ¨acuerdo nacional¨ podría afianzarse, siempre y cuando el gobierno no se limite a oír sino a escuchar y corregir sus propuestas. De lo contrario, sería una nueva burla a las otras corrientes políticas con asiento en el Congreso de la República.