Diario del Huila, Neiva
Por: Juan Manuel Macías Medina
Luego de que un grupo de encapuchados lanzaran bombas molotov generando un incendio en las estructuras de un establecimiento religioso e impidieran la entrada del personal administrativo de la Universidad Surcolombiana, iniciaron nuevamente los hechos de violencia en el norte de la ciudad. Hay preocupación y zozobra entre habitantes y líderes comunales por los constantes disturbios que se presentan en la zona y que alteran la tranquilidad de la comunidad.
Pasado el mediodía, encapuchados lanzaron artefactos explosivos contra la iglesia cristiana Filadelfia ubicada en inmediaciones del aeropuerto de Neiva. Según el reporte de los Bomberos Oficiales de Neiva, organismo que atendió la emergencia, no hubo personas lesionadas y los daños solo fueron materiales.
De igual manera, un grupo de encapuchados se instaló en la Universidad Surcolombiana impidiendo la entrada del personal administrativo del establecimiento educativo. Luego de estas situaciones, fue necesaria la llegada del Escuadrón Móvil Antidisturbios.
Preocupación en la comunidad
Aunque esta vez el grupo de encapuchados y el ESMAD no se tomaron la carrera primera, arteria vial que divide al barrio Cándido Leguizamo y Santa Inés, si existe preocupación entre habitantes de la zona que manifestaron no vivir tranquilos por estas actividades que se vienen presentando desde hace más de un mes.
“Nosotros como comunidad, exigimos a las autoridades y a estos jóvenes para que dialoguen lo más rápido posible, porque aparte de que se generan afectaciones en las viviendas, también perjudican la salud de los niños y de todos los que vivimos acá en este sector. Ya estamos aburridos de que cada ocho días sea lo mismo, ya no podemos vivir tranquilos”, aseguró un habitante del barrio Cándido Leguizamo.
Líderes se pronunciaron
María Nelcy Cuenca y Carlos Alberto Calderón, presidentes de la Junta de Acción Comunal de los barrios Santa Inés y Cándido, respectivamente, mostraron su posición frente a los disturbios que se han presentado en el marco del Paro Nacional y que han afectado las comunidades que representan.
Cuenca, presidenta de Santa Inés, informó que ya se está trabajando con las autoridades y con personas de la llamada ‘primera línea’, para buscar, mediante el diálogo, la forma de que quienes residen el sector no sufran afectaciones.
“También se va a mirar cómo se trabaja con estos jóvenes que, aunque nos hacen un bien a todos los ciudadanos, también nos hacen un mal a todos los que vivimos en el sector. Hay que hacer las cosas con calma buscando el beneficio de todos. El problema es que vienen dañando negocios, ventanas y demás cosas que afectan es a todos los habitantes del barrio. Pedimos encarecidamente que se busquen soluciones rápidas para que se calme la situación que se ha venido presentando desde hace ya varios días”, sostuvo la lideresa.
Por su parte, Carlos Alberto Calderón, señaló que no es posible declarar frente a estos temas debido a la división que existe entre las partes, pues se puede afectar la labor comunitaria que realiza.
“Yo me reservo de dar declaraciones porque como miembro de la Junta de Acción Comunal porque lo que se diga puede ir en contra de algún sector y nosotros como miembros no estamos en razón de eso. Nosotros no fijamos posición contra del ESMAD porque somos una organización que articula con las autoridades en beneficio de todos. Si estamos en contra de quienes generan estos hechos, pues entonces chocamos con una población grandísima de jóvenes que hay en la comuna uno. Entre más neutral se sea, mucho mejor. Lo que sí está claro es que hay una preocupación grande”, concluyó Calderón.
Habitantes del barrio Santa Inés y Cándido, aunque esta vez no resultaron afectados, si mostraron su preocupación por la zozobra que se vive cuando inician los disturbios.
