La estrategia del presidente Gustavo Petro Urrego, para impulsar las marchas de las organizaciones sociales y de los sindicatos afectos a su proyecto político, se desarrollaron el día anterior en las principales ciudades del país para conmemorar el día nacional de las víctimas del conflicto armado y para que le sigan respaldando sus reformas sociales que se encuentran con dificultades para aprobación en el Congreso de la República. Igualmente busca ambientar la propuesta de la Constituyente con el fin de modificar la Constitución Nacional para que le permita reelegirse para el siguiente cuatrienio. Será muy difícil que encuentre el suficiente respaldo popular para lograr este objetivo que solo en su mente cree viable, mientras los sondeos de opinión de las empresas encuestadoras dicen lo contrario.
Igualmente, el 21 de abril, la oposición también saldrá a marchar, con el apoyo de todos los sectores políticos, ciudadanía en general, sector empresarial y por el propio exministro de salud de la actual administración nacional, Alejandro Gaviria, quien se ha convertido en un férreo contradictor del gobierno nacional, y que ha realizado la convocatoria a manifestarse en contra de las acciones del presidente Petro con las recientes intervenciones a Sanitas y la Nueva EPS. Todo su accionar está generando una mayor polarización entre la opinión pública, por la forma revanchista como vende sus propuestas. Se debe buscar que existan consensos entre todos los actores de la vida pública, para que puedan consolidar su propuesta que enarboló durante su campaña presidencia.
De lo contrario, seguiremos siendo espectadores de las crecientes protestas sociales, que solo generan traumatismos en la movilidad de las ciudades donde se desarrollan. El presidente Petro, ha venido perdiendo gobernabilidad y que, junto con las propuestas lunáticas y descontextualizadas, no han logrado con su equipo de gobierno cumplir con su propuesta de cambio para mejorar el bienestar de las familias colombianas. Por el contrario, este país, está patas arriba. La violencia y la criminalidad está desbordada en la mayoría de los territorios del país. Las Fuerzas Armadas, se encuentran inermes ante el fortalecimiento de las organizaciones narcoterroristas, por su progresivo debilitamiento a que han sido sometidas. Inclusive ya son desalojados de sus puestos de control en los municipios con la anuencia del ejecutivo nacional.
Igualmente el empobrecimiento progresivo de los sectores poblacionales y el detrimento de la calidad de vida de sus habitantes, producto de la aplicación incoherente de los instrumentos de la política macroeconómica, buscando siempre la destrucción del sector productivo del país, que es el mayor generador de riqueza y de empleo (80%) y que con sus ideas cósmicas y del universo, busca tergiversar el cumplimiento de sus metas propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo, que se encuentra desfinanciado y que muy difícilmente puede reorientar para satisfacer las demandas sociales, que cada vez son más apremiantes.
