Luis Humberto Tovar Trujillo
Pensé que, con los resultados de las recientes elecciones, y la supuesta o real convocatoria del elegido, invitando a la paz, a la concordia, a un pacto por Colombia, habían cesado, el odio, la malquerencia, las infamias, y ese afán destructor, producto del resentimiento de los afectos irracionales al elegido.
No fue suficiente el éxito; y lo entiendo hasta cierto punto, porque nunca han conocido el éxito, tanto así que, convocaron a la primera línea, y a todos sus secuaces, a paralizar el pais nuevamente, si perdían las elecciones, porque enrarecer el devenir de la sociedad es su profesión u oficio conocido.
Ahora como se encontraron el éxito, pareciera que no han podido digerirlo, y tardarán en hacerlo, mientras tanto, va a transcurrir el periodo del gobierno, si acaso, pero tienen ministra de salud psiquiatra, para reorientar la salud pública en nuestro país, y hacer de los desquiciados, una prioridad nacional, y darles el tratamiento de pandemia.
El amor, la paz, la reconciliación, el trabajar en equipo para mejorar las actuales condiciones sociales, que nos favorece a todos, no son términos que utilizados como estrategia real de la izquierda convoquen a la nación a propósitos altruistas.
Mientras no salgan de ese ánimo destructor, de ese afán maniqueo de destruir porque lo hizo el otro, por ser a priori malo, no se puede avanzar en una sociedad maniquea, fortalecida por el odio, el miedo, y la tiranía.
Pobres de espíritu, esas personas que, teniendo la oportunidad de guiar a mejores destinos a una sociedad, se embarcan en apetitos innobles, rastreros, para ejercer venganza, por las frustraciones del pasado, más imputables a su propio odio e incapacidad personal, y hasta profesional.
El odio y el resentimiento, entre otras razones, nacen de la incapacidad para superarse, negándose a sí mismos, miedo a los retos de la vida, como si tuviéramos que mantener un cordón umbilical, para seguir amamantando incapaces, que posteriormente serán los verdugos de los demás, porque de ellos mismos ya lo fueron.
Estéril servicio pretender orientar una sociedad, teniendo como aliados a los llamados enemigos del alma; todos estos, cuando no se tiene la capacidad de controlarlos, porque ya se es victima de ellos, con consecuencias insuperables, con el éxito, aparente o real, lo que se logra es su propia revictimización, y se hace más profunda, y hasta pasional, la enfermedad.
La sedación, es una terapia utilizada para tranquilizar a los pacientes con cuadros o episodios clínicos agresivos; sería importante, sustituir las vacunaciones periódicas contra el actual virus, por el enquistado del odio, el resentimiento, y la agresión permanente al adversario ocasional, por temas de poca monta, en que ha caído la política.