Por: Juan Sebastián Prieto Pérez
Es urgente replantear la forma de cómo vemos y construimos territorio. Cambiar esa percepción de continuar viendo como si fueramos “un pueblo grande”, obstaculiza decisiones fundamentales que generan transformación y celeridad en la toma de decisiones, en este caso decisiones de las necesidades de casi 500 mil habitantes por hablar de Neiva, Esta limitación de ver holisticamente las cosas afecta no solo a los líderes que dirigen los destinos de nuestro territorio , sino también a la ciudadanía, que muchas veces parece resignarse a soluciones parciales o a la espera de cambios que nunca llegan, Este es un problema de visión de concepción que limita las oportunidades de transformación y crecimiento. Pensar en grande es reconocer que los problemas del territorio no se resuelven con soluciones parciales o de corto plazo. Necesitamos una mentalidad distinta, una que proyecte y construya territorio capaz de responder a las demandas actuales y de prepararse para el futuro. Es hora de reconocer que temas como la movilidad, la seguridad, el acceso a servicios de calidad, y el empleo son desafíos de un territorio en crecimiento, y requieren un enfoque decidido, ambicioso, decisiones coherentes y sobre todo, un cambio en la mentalidad de la sociedad. Es evidente que muchas de las soluciones implementadas en los últimos años son “paños de agua tibia”, temporales, Desde hace tiempo, Neiva ha dejado de ser ese “pueblo tranquilo” y hoy enfrenta problemas complejos que son necesidades estructurales que deben ser atendidas con decisiones claras por medio de políticas públicas sólidas y una visión prospectiva. Sin embargo, parece que los que toman las decisiones están acostumbrados a una visión que minimiza las necesidades y mantiene estancados los avances. Dicen que en momentos de crisis es donde se conocen los líderes, y es que este es el momento de asumir que el crecimiento y los cambios son importantes y necesarios. Nuestras decisiones deben estar orientadas a resolver problemáticas de fondo adaptandose a la realidad que vivimos, Sería fundamental avanzar hacia una verdadera visión metropolitana y en este sentido, abordar temas como la necesidad de modelos de negocio enfocados a sostenibilidad , la reactivación económica eficiente , desarrollo de infraestructura regional que permita integrar el territorio proyectando una ciudad eficiente y es que Neiva tiene el potencial para destacarse como un eje estratégico en el Surcolombiano, y eso aún no lo hemos entendido, pero este potencial solo se materializará si se asume que merecemos mucho más que soluciones de agua tibia, materializarlo depende de decisiones firmes, coherentes, de una ciudadanía que entienda la importancia de su participación en la toma de decisiones por que la realidad es que no podemos seguir esperando que las soluciones lleguen desde fuera, debemos asumir la responsabilidad de transformar nuestra propia realidad, de tomar decisiones con autonomía, y de reconocer que Neiva y el Huila merece mucho más. Este es un llamado a pensar en grande. El futuro de Neiva y el Huila requiere líderes visionarios, es momento de dejar atrás esa imagen de ciudad pequeña y proyectar un territorio ambicioso, preparado para un mejor futuro pero con decisiones claras y acciones contundentes que se vea liderazgo en los que toman las decisiones y posturas firmes por qué como vamos no vamos bien y si necesitamos articular decisiones generando garantias..