Luis Humberto Tovar Trujillo
Y con mayor razón después de las afirmaciones de Carlos Alonso Lucio, con quien coincido en la visita en Bruselas al hoy presidente enfermo de Colombia.
A tanto han llegado los niveles de degeneración de las relaciones entre el gobierno y los ciudadanos, que tenemos un presidente absolutamente enfermo física y mentalmente, llegando a producir asco, según los términos de Lucio.
Asqueante la ruindad con que el mandatario se refiere a una mujer, sencillamente porque es contradictora de su gobierno, se ha convertido en el arte de ejercer la patanería, como programa de gobierno.
Y lo grave es que no hay con quien demostrarle al gobernante que Colombia es superior a la ruindad que él ejercita.
Sus ausencias en el cumplimiento de sus obligaciones nacionales e internacionales, datan de un hombre enfermo, y lo más grave aún, enfermando al pueblo colombiano.
El estado de postración y de vergüenza a que nos han sometido, nos han convertido en un país en el que no se puede confiar, se perdió la confianza en el gobierno, solo es caos, crisis, en todos los órdenes de la actividad nacional, todo se reduce a comentarios sobre la ilegitimidad del gobernante y sus actitudes enfermizas y hasta degeneradas.
Es evidente la coincidencia entre sus enfermedades mentales y la omisión de su gobierno en no perseguir el narcotráfico, pareciera la fuente de sus ingresos económicos y su medicina, también personal.
El relato de Ingrid y Carlos Alonso Lucio, son la razón evidente del actual comportamiento personal e institucional del gobernante.
Dios salve a nuestra patria.
