En el mes de octubre se conmemora el Día Internacional de las mujeres rurales que se estableció en aras de reconocer el papel fundamental de esta población en los diversos contextos de la sociedad. En el Huila hay muchos ejemplos de mujeres pujantes, berracas y luchadoras que, desde su trabajo diario enaltecen al género desde sus orígenes, es decir, el campo. Diario Del Huila, resalta y exalta, el liderazgo de Libia Castro Cuellar, representante legal de la Asociación de Mujeres Cafeteras Martica.
DIARIO DEL HUILA, ENFOQUE
Por: Johan Eduardo Rojas López
Exactamente el 15 de octubre la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció en su resolución 62/136, del 18 de diciembre de 2007, el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una fecha en la que se reconoce la función y contribución decisiva de la mujer rural. El Huila es cuna de mujeres rurales que constantemente luchan por la equidad de género y reconocer la importancia que tienen el campo en la sociedad.
Libia Castro Cuellar, representante legal de la Asociación de Mujeres Cafeteras y Artesanas Martica de Acevedo y las trece mujeres que la acompañan, son un fiel ejemplo, de esa consigna que permite celebrar y festejar esta importante fecha. Aunque hace 12 años comenzaron con un grupo de 60 mujeres, solo 30 de ellas gracias a un ahorro, lograron consolidar hace aproximadamente 8 años la asociación. Sin embargo, muchas se han ido retirando y, por tanto, actualmente son 14 mujeres asociadas.
“Yo soy más reciente, llevó por ahí tres años, es más, le cuento que como representante legal hasta ahora estamos en los tramites de legalización de la nueva directiva porque la anterior representante legal quería que se renovara la Junta Directiva. Ella no quería salirse del grupo, pero sí dejar de ser la representante legal”, dijo Castro Cuellar.
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Estos cambios resultan muy positivos, pues la actual representante legal, aseguró llegar con muchas ideas y ganas de trabajar para convertirse en un ejemplo real de lo que se puede lograr en conjunto. Lo anterior, reconociendo que ha faltado mucha gestión dentro del equipo. Claramente, eso no es culpa de alguien es específico, pues la junta directiva anterior hizo un trabajo magnificó, pero los ideales cambian y cada persona que llega tiene nuevos retos que se asumen de acuerdo a su recorrido comunitarios y de liderazgo.
En razón de ello, la fuerza femenina ha sido notoria y se encuentran en un renacer profundo para empezar a trabajar con mayor fuerza, la misma que la mantuvo, cuando se desempeñó como promotora rural de la salud.
Explicó además que, “hasta ahora estamos empezando en arrancar muy seriamente porque lo que se ha hecho han sido cosas pocas, es decir, como asociación si se ha trabajado, pero con cosas sencillas, ahora toca pensar en grande. Estamos en proceso de renovación. Yo le veo buen empuje al grupito que quedo y yo también tengo toda la disponibilidad y los deseos de ver cómo trabajamos y la metemos toda para ver como hacemos. A mí me ha gustado trabajar con la comunidad y ahora tengo muchos deseos de ver qué podemos hacer en conjunto”.
Entre la artesanía y el café
Ahora bien, como su nombre bien lo dice, su única apuesta no es el café, sino que, también se han dedicado a la artesanía. Estas dos líneas se han funcionado dada la ubicación geográfica en la que se encuentran, todo esto, desde luego de manera individual e independientes pues el apoyo de los entes territoriales ha sido realmente poco, pero quizás, según la lideresa, por la falta de gestión que ellas vienen haciendo. Se espera que eso cambie y puedan consolidar esa unión con propuestas amplias que rompan límites.
Los sueños, ilusiones y deseos que siguen intactos, son producto de querer mejorar la calidad de vida de sus familias y el campo. Esa premisa las ha impulsado a cada una de ellas a buscar las fuerzas para continuar desde donde solo las mujeres saben sacarlas, es decir, desde las entrañas que para nada las limita. Por eso, intentan continuar con la legalización de todo lo que les hace falta bajo el único propósito de apostarle a su génesis, en donde fueron criadas y han vivido toda la vida.
“Lo del café lo estamos haciendo artesanal, pero a nosotros lo que apuntamos es que podamos llevar al terminado. Ahora toda tenemos nuestra hectárea de café, nosotras hemos hecho los procesos y alguna lo que único que estamos haciendo es afiliarnos a la cooperativa de caficultores del municipio. En cuanto a artesanías aquí se trabaja el sombrero suaceño, incluso, el sombrero fue mucho antes que iniciar en serio con el café y, por eso, no se ha dejado de lado. Las artesanías son las tradiciones que han perdurado y nos ayudó a apostarle a lo del café”, referenció.
En ese sentido, al invertir el ahorro en el café han podido en la actualidad sacar provecho y colaborarse cuando es necesarios. Eso lo hablan cada mes cuando se reúnen para dialogar sobre el futuro que se prevé, programarse nuevos proyectos y pedir una cuota para mantener los fondos primarios.
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Los cambios
Esa renovación que se estima empezará por organizarse y articularse de tal forma que puedan escalar como desean apoyadas de la institucionalidad y buscando capacitaciones para saber cómo direccionarse. Lo anterior, para tener certeza de los proyectos con los que continuarán dado que no tiene sentido reunirse sin un objetivo claro. “La idea es mejorar de las familias rurales y que el grupo sea ejemplo para la comunidad”, indicó.
El Machismo
Históricamente estos contextos han estado permeados por el machismo y aunque, según Castro Cuellar, las cosas han sido diferentes y hoy en día el panorama resulta ser positivo, lo cierto es que, el sol no alumbra siempre para todas pues aún muchas se han visto cohibidas por el patriarcado.
Según algunas mujeres rurales, pertenecientes a esa asociación, un poco tímidas y sin ganas de abarcar protagonismo, afirmaron que, lidiar con el machismo ha sido duro porque en el campo todavía está muy presente ese dominio que tienen algunos hombres para que las mujeres no surjan, sin embargo, han podido salir adelante y demostrado que son capaces de lograr todo lo que propongan sin la ayuda necesaria de un hombre. De hecho, es posible que muchas de las mujeres que desistieron de ese proyecto no estaban preparadas o no las dejaron aventurarse en estas ‘chiva’ que lleva varios años intentando encontrar su ‘paradero’.
Finalmente, como mujeres campesinas, se encuentran preocupadas por los diversos problemas que vienen afrontando el campo, por tanto, piden apoyo a las instituciones encargadas para que las apoyen.
