En el departamento del Huila continúa causando preocupación las denuncias de extorsiones carcelarias que se incrementaron luego del atentado a los policías, presentando durante el mes de septiembre. Pese al esfuerzo de las autoridades, esto parece un problema de nunca acabar dado que, los delincuentes se las ingenian para delinquir incluso desde las cárceles.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Johan Eduardo Rojas López
Fotografía: Felipe Poloche
Las extorsiones carcelarias en el departamento del Huila presentaron un incrementó desbordado desde el atentado perpetrado el pasado 2 de septiembre en el corregimiento de San Luis, jurisdicción de Neiva. Los delincuentes aprovecharon el momento y el temor de la ciudadanía para hacerse pasar por grupos al margen de la ley y así extorsionar a la ciudadanía, incluso, desde las mismas cárceles del país. Es importante precisar que, aunque la cifra de las denuncias en lo corrido de este año, no han superado las del mismo periodo del año anterior, lo cierto, es que las llamadas desde ese suceso sí aumentaron.
Esto debido a que, en su gran mayoría no se interpone una denuncia porque los extorsionistas ya están en las cárceles, por lo que, simplemente queda en el prontuario. El Mayor Ricardo Calderón, comandante del Gaula Militar Huila, indicó que, “efectivamente esta mañana tuvimos una reunión en la Fiscalía General de la Nación seccional Huila donde las estadísticas muestran que seguimos por debajo de la media, pero en los casos de extorsión de modalidad cancelaría se nos siguen aumentando. Obviamente les hacemos asesorías a las víctimas, de primera mano. Esto atemoriza al comerciante más que todo, pero los bandidos no están viendo si tienen mucho dinero o no, sino que están atentando contra cualquier persona sin importar el grado de privilegio que tenga”.
Básicamente, los hoy capturados, están atacando a toda la población menos a los gremios productivos que regularmente eran los más afectados. Para esta oportunidad, están impactando a los empresarios sin importar el tamaño o posicionamiento del modelo de negocio. Las denuncias se presentan en la actualidad en los 37 municipios del departamento, sin embargo, Neiva por ser la capital y Pitalito por cobijar al sur del país, van liderando las estadísticas del departamento.
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Las llamadas no salen de los centros penitenciarios del Huila
Paradójicamente las llamas de las cárceles no corresponden a los centros penitenciarios del departamento, es decir, que dichos hechos se están ejecutando de prisiones externas, tales como, la cárcel de La Dorada, La Picaleña de Ibagué y las de Bogotá. Por ello, esta situación que para los expertos parece de no acabar, tiene trabajando mancomunadamente a las autoridades de todas las esferas geográficas, pues se está diseñando una estrategia a nivel nacional que está enmarcado dentro del plan nacional antiextorsión liderados por la dirección de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal. No obstante, ese proceso parece muy lento y como si fuera poco hay muchas limitantes.
Igualmente, los presos de los cuatro centros penitenciarios del Huila realizan extorsiones en Córdoba, Sucre y Arauca.
“Este tipo de denuncias que recibimos simplemente las direccionamos al lugar donde están esos centros penitenciarios para trabajar de manera articulada y poder hacer los allanamientos o imputar cargos a este personal que se identifica que están haciendo este tipo de delitos desde las cárceles”, indicó el Mayor Ricardo Calderón.
¿Cómo acceden a la información?
Según el comandante del Gaula Militar Huila, hoy en día es muy fácil obtener los datos personales y el tipo de comercio que integran las víctimas, pues solo basta con buscar en internet la información y recopilan. Básicamente con esa ‘indagación’, amplían la información. Por tanto, es muy importante tener mucho cuidado cuando se pasan datos porque con eso empiezan a profundizar la información para extorsionar.
En su gran mayoría, estos casos consisten en que los reclusos en esos centros penitenciarios son de la región y se encargan de recopilar la información para sus hechos delictivos o los de sus compañeros. Es algo así como un intercambio de víctimas. Lo anterior, muchas veces con complicidad de gente de afuera que en este momento serían los cobradores o simplemente piden que le consignen mediante cuentas de ahorro que se abren vía celular y al momento de cobrar elimina la cuenta. Eso lo repiten una y otra vez. De acuerdo con lo establecido piden dinero o material de guerra que claramente las víctimas no pueden conseguir y, por tanto, les terminan pidiendo el valor de lo que supuestamente vale ese material.
Explicó además que, “esa es la modalidad más frecuente que tenemos, aparte de las otras que es la del ‘Falso Servicio’, y ‘Tío o Tío’, modalidades que no van a pasar porque son muy efectivas y mucha gente hace caso omiso a la campaña de prevención que hacemos”.
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No es sorpresa
Dadas las circunstancias, las autoridades ya sabían que esta ola de extorsión carcelaria aumentaría porque el atentado de los policías en la región es un suceso que ellos aprovecharían para colgarse del miedo y del temor con el que quedó la ciudadanía. Eso fue un trampolín para aquellos delincuentes que intentan sobrevivir en las cárceles. Es necesario aclarar que el departamento venía sin novedades de orden público y ese suceso alertó a todos los municipios y los límites del departamento.
“El año pasado estadísticamente, para este tiempo, llevábamos 188 denuncias y actualmente llevamos 154, osea si bajamos, pero no de forma significativa. Obviamente tenemos un sistema de asesoramiento personalizado porque muchas veces pasa a una estafa. La cifra ha disminuido en el departamento, quizás en otros territorios sí han aumentado, pero aquí se ha asesorado bastante a la gente para que no se ponga la denuncia, sino que se pega como entrevista a una noticia criminal que ya se haya tenido. Entonces no es un aumento, pero si nos ha tocado bastante y, por eso, se sigue trabajando con la lucha de este delito”, aseguró Calderón
En decir, las cifras en comparación con el año pasado venían por debajo del 50% y después del atentado, haciendo un promedio mensual de llamadas se disparó un 200%, sin embargo, eso no es lo que se lleva o refleja en la cifra total del año.
Finalmente, es primordial no realizar ningún pago dado que muchos denuncian después de esa acción, lo que genera una mayor complicación. Se invita si es posible grabar la llamada para el proceso judicial y posteriormente ponerse en contacto con el Gaula Huila a la línea 147 que es totalmente gratuita.