La Procuradora General, Margarita Cabello Blanco, manifestó su preocupación por el recrudecimiento de la violencia e inseguridad en Colombia durante la instalación del III Congreso de Justicia Transicional, llevado a cabo en la ciudad de Pereira.
La máxima autoridad del Ministerio Público destacó la «situación compleja» que enfrenta el país debido al incremento de hurtos, secuestros, extorsiones y amenazas a candidatos en pleno proceso electoral. Además, lamentó los asesinatos de líderes sociales, el constreñimiento al elector y la dificultad de los gobernantes para ejercer sus funciones en sus lugares de origen.
En su discurso, la Procuradora hizo un llamado a que el trabajo realizado durante los últimos seis años por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sirva como guía para futuros procesos de paz en el país. Destacó la importancia de construir sobre lo construido y aprender de los errores para evitar situaciones lamentables.
Cabello Blanco subrayó la necesidad de una voluntad clara y contundente para adelantar un proceso de paz, enfatizando que no se puede permitir que la violencia siga en aumento y que se vulneren los derechos humanos de la población colombiana.
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Durante su intervención, la Procuradora no solo habló de recrudecimiento de la violencia sino que rindió homenaje a las víctimas del conflicto armado, a los líderes y lideresas, a los firmantes del acuerdo de paz y a los colombianos afectados por la violencia y la ruptura del tejido social. Hizo un llamado a la sociedad y a las instituciones del Estado a trabajar juntas para evitar la repetición de la historia violenta y avanzar hacia una sociedad en paz.
La Procuradora también destacó que la Procuraduría solicitó la apertura de un macrocaso 11 en la JEP, exclusivo sobre violencia sexual, violencia reproductiva y violencias basadas en género. Este esfuerzo se realizó a través de una acción de tutela para amparar los derechos fundamentales de las víctimas del conflicto armado.
En su conclusión, Cabello Blanco recordó que las poblaciones más vulnerables de los territorios apartados del país, incluyendo niños, niñas, adolescentes, mujeres, personas con orientación sexual e identidad de género diversas, campesinos, minorías étnicas y personas con discapacidad, han sido las más afectadas por las violencias perpetradas en el contexto del conflicto armado. Estas violencias, en su opinión, están arraigadas estructuralmente y requieren una atención especial para su superación.
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