Durante más de cuarenta años, Jaime Velasco ha venido consolidándose como un referente de dedicación y compromiso en la caficultura. Inspirando a otros con su ejemplo y dejando una huella imborrable en el paisaje y la cultura cafetera de El Pital
Diario del Huila, economía
Por: Gloria Camargo
En la vereda Campoalegre, jurisdicción del municipio de El Pital, yace un tesoro oculto entre las sombras de los cafetales: la historia de Jaime Velasco, un hombre cuyo nombre está tejido con hilos de esfuerzo, constancia y amor por la tierra.
Desde hace más cuatro décadas, Velasco ha sido un pilar fundamental en el mundo del café, labrando su destino entre las montañas que rodean su hogar y demostrando que la perseverancia y el compromiso son la fórmula del éxito en la caficultura.
En entrevista, según el mismo Jaime Velasco señaló que encontró su vocación temprano en la vida. Desde que era un joven, aprendió los secretos del cultivo del café, absorbiendo cada enseñanza con la curiosidad propia y el respeto que merece una tradición familiar arraigada en la historia de su región. Los días de su infancia transcurrieron entre las filas de cafetos, donde la tierra fértil y el aroma embriagador del café se convirtieron en su segunda naturaleza.
A lo largo de su trayectoria como caficultor, Jaime ha sido testigo de los desafíos y las vicisitudes que enfrenta el sector cafetero. Desde fluctuaciones en los precios hasta la amenaza constante de plagas y enfermedades, cada temporada trae consigo nuevos retos que ponen a prueba la fortaleza y la determinación de los caficultores. Sin embargo, en medio de las adversidades, Jaime encontró en la innovación y el conocimiento la clave para enfrentar los desafíos y asegurar el futuro de su finca.
Adopción de tecnologías
Para este caficultor, uno de los momentos más significativos en su vida fue el encuentro con el Servicio de Extensión de la Federación Nacional de Cafeteros, considerado como el principal medio para la transferencia de conocimiento y la adopción de tecnologías en el sector cafetero, orientado hacia el bienestar y la rentabilidad de las familias productoras.
“Agradecerle a los Extensionistas por ayudarnos mejorar mucho las técnicas de café, el cómo llevar por ejemplo los registros de nuestras fincas, y como enfocarnos en un poco más análisis de suelo, ser más juicioso en el tema del café”, indica Velasco.
Cabe resaltar que este servicio representa el vínculo directo entre la FNC y los cultivadores de café, según la institución, sus orígenes se remontan a 1928, cuando se publicó el primer ejemplar de la Revista Cafetera, destinada a los caficultores, seguido dos años más tarde por la implementación de los primeros Prácticos Cafeteros.
Los extensionistas actuales han demostrado ser aliados imprescindibles para los productores cafeteros al proporcionar asistencia técnica útil y práctica, contribuyendo así a convertir el cultivo del café en una empresa rentable y productiva.
Con una notable presencia en 603 municipios cafeteros, que representan más de la mitad del país, este equipo brinda una cobertura amplia y efectiva a las familias productoras. En el caso específico del Huila, un grupo de 141 ingenieros se dedica plenamente al servicio de los productores, manteniéndose al día con los avances de investigación y tecnología provenientes de Cenicafé.
Enfocándose en promover las mejores prácticas agronómicas que permitan a los productores mejorar sus ingresos desde sus propias fincas. Este enfoque incluye diversas áreas de acción, como la siembra de semilla certificada de variedades resistentes a la roya del cafeto, la construcción y mantenimiento de almácigos, la siembra oportuna y con densidades adecuadas, así como el manejo de los ciclos de producción y renovación de cafetales.
La labor formativa de los extensionistas también abarca aspectos como la actualización de la finca y la gestión empresarial, garantizando así que los productores cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del mercado y lograr el éxito en su actividad cafetera. En resumen, los extensionistas desempeñan un papel crucial en el fortalecimiento del sector cafetero, proporcionando el apoyo y la orientación necesarios para impulsar el desarrollo sostenible de las familias productoras en todo el país.
Ejemplo a destacar
La finca de más de 1.800 metros sobre el nivel del mar, de este destacado productor comprende cinco hectáreas en total, pero a la fecha solo hay cubiertas 1.6 hectáreas en café, debido a que otros predios están en zona reserva, sin embargo, según el mismo productor, es un cultivo agradecido pues “la ventaja es que uno tiene tiempo y puede compartirlo con la familia, con los hijos, con la esposa, al igual con el entorno”.
Pero es una tarea que requiere dedicación, sus cafetales con variedades Castillo, Castillo Tambo y Colombia, le han permitido dar un primer paso en la parcela de Investigación Participativa con Agricultores (IPA).
“Para hacer parte de este tipo de proyectos se debe tener una gran dedicación y el apoyo del Servicio de Extensión, eso es muy de la mano porque son profesionales muy dedicados y están pendientes de nosotros, constantemente nos están informando sobre qué proyectos, que ventajas, que mejoras puede traer cada orientación o cada programa”, revela Jaime.
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Y es que según el mismo productor, gracias a este trabajo, ha podido mejorar sus prácticas agrícolas, implementar nuevas técnicas de manejo y optimizar el rendimiento de sus cultivos. «Los extensionistas me enseñaron a ver el café desde una perspectiva diferente, a entender las necesidades de la planta y a trabajar en armonía con la naturaleza», recuerda.
Hoy, cuando mira hacia el futuro, Jaime ve un horizonte lleno de posibilidades y oportunidades para seguir creciendo y aprendiendo. Sueña con expandir su finca, diversificar sus cultivos y explorar nuevos mercados para su café. Pero sobre todo, sueña con dejar un legado duradero para las generaciones venideras, un legado de amor por la tierra, respeto por la naturaleza y compromiso con un futuro sostenible para todos.
Proyectos resaltables
En el mundo de la caficultura, cada decisión puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Para muchos productores como Jaime Velasco, la Parcela IPA, es trascendental para su desarrollo como productor.
En Colombia, la implementación de las parcelas IPA se ha consolidado una estrategia que promueve la interacción entre caficultores, extensionistas e investigadores. “Su objetivo es validar, adaptar y transferir tecnologías, así como generar conocimientos que se ajusten a las condiciones socioeconómicas, culturales y agroecológicas de los productores y sus entornos. A través de estas parcelas, los caficultores reciben un acompañamiento técnico oportuno y adecuado por parte del Servicio de Extensión, que también aprovecha estas instancias para llevar a cabo campañas educativas orientadas a mejorar la rentabilidad del cultivo”.
Cabe resaltar que desde el 2016, las parcelas IPA se han enfocado principalmente en los determinantes clave de la productividad, tales como la variedad de café, la edad de los cultivos, la densidad de siembra, la luminosidad, la nutrición y los arreglos espaciales. El propósito es alcanzar sistemas de producción óptimos adaptados a las diferentes zonas cafeteras, contribuyendo así al desarrollo sostenible del sector cafetalero.
Se destaca así mismo que la asesoría técnica proporcionada por los extensionistas fue invaluable. Este acompañamiento no solo ayudó a mitigar los costos de producción, sino que también permitió reducir las plagas y preservar la biodiversidad de la finca.
Pero Velasco también hace parte del Plan 2000, una iniciativa que busca potenciar la capacidad empresarial de los caficultores en la gestión eficaz de sus fincas, con el fin de que puedan administrar sus empresas de manera autónoma, alcanzar viabilidad económica y mantenerse en el sector cafetero.
“Proporciona las herramientas necesarias para que los caficultores puedan establecer empresas exitosas y competitivas. Asimismo, los incentiva a fortalecer los activos productivos de sus fincas mediante la renovación de plantaciones y la modernización de equipos, con el objetivo de mejorar la productividad”.
Finalmente, el mensaje de Jaime a sus colegas caficultores es claro: seguir trabajando a ciegas es un riesgo. Con los cambios climáticos, las plagas y la volatilidad de los precios, es más importante que nunca adoptar un enfoque juicioso y basado en buenas prácticas agrícolas.
Siguiendo los consejos de los extensionistas y aplicando las lecciones aprendidas en la parcela IPA, los caficultores pueden asegurar un futuro próspero para ellos y sus comunidades. El acompañamiento técnico no solo es una herramienta para mejorar la rentabilidad individual, sino también para generar empleo y promover el desarrollo comunitario en toda la región cafetera.
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