Dada la nueva realidad de pandemia que vivimos, en que se ha desnudado la real situación de pobreza extrema, exclusión social, el desempleo e informalidad, el deterioro del medio ambiente, las prácticas insanas de empresarios y trabajadores y las profundas raíces de la corrupción, entre otros, surge la necesidad de un mayor compromiso solidario de todos los estamentos sociales e involucra al sector empresarial, viniendo a la actualidad el tema de la Responsabilidad Social Empresarial RSE.
La Responsabilidad Social Empresarial RSE constituye hoy en día una herramienta clave en la gestión de las empresas, dado que el entorno global demanda un comportamiento responsable desde el punto de vista económico, social y ambiental. La RSE busca agregar valor a la empresa y a la sociedad, a partir de la promoción de un comportamiento ético y un diálogo abierto con sus grupos de interés, sean estos clientes, empleados, proveedores, contratistas, beneficiarios, etc.
La RSE involucra temas fundamentales: primero, el tema ambiental como máxima prioridad debido al crecimiento desmedido de la productividad y el consumo que han llevado a una explotación irresponsable de los recursos naturales, siendo imperativo detener la destrucción del planeta a partir del cambio de patrones de producción que viren hacia una economía verde y generen beneficios ambientales y sociales; además de lo global la RSE la conforman temas transversales como: inclusión social, diversidad, mujer, pobreza, derechos humanos, empresa responsable, códigos éticos, valores, emprendimiento, reputación, consumo responsable, innovación social, educación, seguridad alimentaria, cambio climático, energía, TIC, sostenibilidad y ciudades, entre otros. Estas acciones van más allá de la ley, no deben confundirse con la Filantropía, porque esta desarrolla acciones extraordinarias aisladas o iniciativas de inversión social pero desarticulada.
¿Cuándo una empresa es socialmente responsable? Cuando la inversión integra valores éticos y preocupaciones sociales en las decisiones financieras que permite obtener rentabilidad competitiva. Para considerarnos como una empresa socialmente responsable, primero debemos practicar lo que decimos ser, reconocer nuestra identidad, definir con claridad la imagen empresarial, mostrar coherencia entre identidad e imagen; debemos vender lo que decimos que vendemos, ser una empresa autentica que cumple lo que dice, que tiene calidad con sus productos, buena atención a sus clientes; que cumple contratos y compromisos; que cree que los empleados de la empresa son el activo más importante y la base de ella, pagar sueldos razonables, promocionarles, ayudarles a conciliar su vida laboral con la profesional, hacerles entender a ellos sobre el tema, que crean y practiquen la RSE, pues no solamente es responsable social la organización que cumple la ley, sino la que da algo más.
Que una empresa sea socialmente responsable tiene enormes ventajas, entre ellas: repercute en la competitividad y la productividad, ya que se ha convertido en requisito para competir en mercados internacionales y aún nacionales; permite ganar legitimidad y lograr una mayor aceptación social frente a los competidores; conserva mejor reputación por la actitud sincera de la empresa con su entorno; mejora la colaboración de los empleados; se hace acreedora a rebaja de impuesto a la renta, de conformidad con el estatuto tributario y obtiene mejores resultados de acuerdo con la estrategia de responsabilidad social que adopte.
Implementar la RSE no significa” hacer cosas buenas para quedar bien” sino gestionar todos los impactos que genera su operación en la sociedad. (Antonio Vives)