DIARIO DEL HUILA, INFORME
Por: Rolando Monje Gómez
En el departamento del Huila el ingreso laboral promedio para los hombres es de $371.367 mientras que el de las mujeres está en $192.374, una diferencia entre unos y otras de 178.993 pesos. La tasa de ocupación de las mujeres fue 29,2% para 2020, una de las más notorias, que corresponde al menor nivel registrado en los últimos diez años,
En la ruralidad también existen las brechas de género y entre el campo y la ciudad éstas son ampliamente visibles. En 2020 la tasa de pobreza multidimensional en las cabeceras municipales fue de solo 12,5%, mientras en las zonas rurales fue de 37,1% y la tasa de desempleo de las mujeres en las zonas rurales, al igual que la de las zonas urbanas, ha sido superior a la de los hombres
‘Situación de las mujeres rurales en Colombia’, es el informe que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y el Ministerio de Agricultura presentaron una radiografía de la situación del campo y las brechas entre géneros.
La tasa de ocupación de las mujeres fue 29,2% para 2020, una de las más notorias, que corresponde al menor nivel registrado en los últimos diez años, la de los hombres, el año pasado, y aún la pandemia, se mantiene en 68,8%.
De acuerdo con la información de Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) del Dane, para 2021 la división sexual del trabajo se mantiene, donde la participación de los hombres es mayor a la de las mujeres en trabajos remunerados y la de las mujeres es superior que la de los hombres en actividades de trabajo no remunerado.
Durante los primeros cuatro meses de 2021 aumentó la participación en actividades de trabajo no remunerado para ellas, pues 92,9% de las mujeres rurales realizaron actividades de trabajo sin salario, siendo este dato 35 puntos porcentuales (pps.) mayor que el porcentaje de hombres rurales en el mismo período.
En 2020 los ingresos laborales promedio, los cuales son la base del cálculo para la incidencia de pobreza monetaria, tuvieron un decrecimiento con respecto a lo observado en 2019. Las mujeres rurales generaron en 2020 ingresos laborales mensuales promedios por $93.129, lo que representa una reducción promedio de $5.489 con respecto a 2019 donde se generaron ingresos laborales promedios por $98.618, es decir, una reducción del 5,6%.
Con respecto a los hombres rurales, la reducción del salario promedio entre 2019 a 2020 alcanzó los $22.283, pasando de $362.136 a $339.853 respectivamente, lo que indica una reducción del 6,2%. Así pues, para 2020 el salario de las mujeres rurales representa un 27,4% menos que el de los hombres rurales.
Por otro lado, los salarios de mujeres rurales más bajos se encuentran en los departamentos de Córdoba ($135.711), La Guajira ($147.607) y Chocó ($148.410), y los más altos en Bogotá ($563.282), Antioquia ($386.433) y Cundinamarca ($353.245). Con respecto a 2019, los departamentos donde las mujeres rurales observaron la mayor reducción de sus ingresos laborales fueron en La Guajira (-27,6%), Tolima (-25,2%) y Atlántico (-24,8%).
Solamente en Cundinamarca, las mujeres rurales de este departamento obtuvieron un aumento de 0,6% en sus ingresos laborales con respecto 2019. Observando la brecha entre los ingresos de mujeres rurales frente a los hombres rurales, en los departamentos de Bogotá, Cundinamarca y Antioquía las mujeres ganaron en 2020 menos de la mitad que lo que ganaron los hombres rurales (68%, 62% y 57% respectivamente).
Los departamentos donde la brecha de ingresos entre mujeres y hombres es menor son Magdalena (43,7%), Sucre (47,1%) y Bolívar (47,2%). Aun así, en ningún departamento en Colombia las mujeres rurales reciben más ingresos que los hombres rurales.
En el departamento del Huila el ingreso laboral promedio para los hombres es de $371.367 mientras que el de las mujeres está en $192.374, una diferencia entre unos y otras de 178.993 pesos. Por su parte, el ingreso promedio en especie para los hombres es de 9.141 pesos y de las mujeres $3.185, con una diferencia de 5.956 pesos.
Trabajo remunerado
Dentro de la Población en Edad de Trabajar (PET) de las zonas rurales las mujeres son minoría: de acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), las mujeres representan el 46,8% de la PET de las zonas rurales y los hombres el 53,2% para 2020. Al observar la Población Económicamente Activa (PEA) esta diferencia se incrementa, pues las mujeres representan el 29,6% de la PEA y dentro de ella, son minoría entre la población ocupada (27,2%) y mayoría entre la población desocupada (54,6%). Por su parte, dentro de la Población Fuera de la Fuerza Laboral (PFFL) de las zonas rurales las mujeres representan el 67,9% y los hombres el 32,1%.
En 2020 la Tasa Global de Participación (TGP) de las mujeres rurales fue 34,8%; esta cifra es 38,1 p.p. menor que la TGP de los hombres rurales (72,9%), 16,7 p.p. menor que la TGP de las mujeres en zonas urbanas (51,5%) y 4,3 p.p. menor que la TGP registrada en 2019 para las mujeres rurales (39,1%). Durante el primer semestre de 2021, la TGP de las mujeres rurales fue 33,9% y la de los hombres rurales fue 72,5%, es decir una brecha de 38,6 p.p.
Población ocupada
En 2020, en las zonas rurales la tasa de ocupación de las mujeres fue 29,2%, que corresponde al menor nivel para este indicador en los últimos diez años. Por su parte, la tasa de ocupación de los hombres fue 68,8% y la de las mujeres que residen en zonas urbanas fue 40,6%.
Al igual que el todo el país, en las zonas rurales la tasa de ocupación de las mujeres es significativamente menor que la de los hombres. Entre 2011 y 2020, la tasa de ocupación de las mujeres rurales ha sido en promedio 37,8 p.p. mayor que la de los hombres. Entre 2011 y 2016 la brecha de género de la tasa de ocupación rural disminuyó; sin embargo, a partir de 2017 se registra un crecimiento sostenido de la brecha que se profundizó en 2020, año en que alcanzó los 39,5 p.p. Este indicador es significativo teniendo en cuenta que en la brecha en las zonas urbanas fue de 19,0 p.p. en 2020.
En el primer semestre de 2021 se registraron tasas de ocupación mayores que en el primer semestre de 2020, sin embargo, la tasa para las mujeres rurales no tiene los mismos niveles de recuperación en comparación con los hombres rurales y las mujeres urbanas: en el primer semestre de 2021 la tasa de ocupación de las mujeres rurales fue 28,7%, es decir, 0,1 p.p. superior a la del mismo semestre del año anterior, mientras que en el mismo periodo de tiempo la tasa de ocupación de los hombres rurales aumentó 1,4 p.p. y la de las mujeres urbanas 1,9 p.p.
Población desocupada
En 2020, la tasa de desempleo en las zonas rurales fue más baja que en las zonas urbanas, sin embargo, la brecha entre hombres y mujeres fue mayor. En las zonas urbanas la tasa de desempleo de las mujeres fue de 21,4% y la de los hombres fue 15,2%, es decir, una brecha de 6,2 p.p.; mientras que en las zonas rurales la tasa de desempleo de las mujeres fue 16,2% y la de los hombres 5,7%, con una brecha de 10,5 p.p. Adicionalmente, las tasas de desempleo registradas en 2020 son las más altas de los últimos diez años, tanto para hombres como para mujeres.
En la última década la tasa de desempleo de las mujeres en las zonas rurales ha sido superior a la de los hombres en por lo menos 6,6 p.p., con un promedio de 8,0 p.p. En 2020, la brecha de género de la tasa de desempleo fue 10,5 p.p., un nivel similar al registrado diez años atrás.
En el primer semestre de 2021 la tasa de desempleo de las mujeres rurales fue 15,4%, es decir 1,0 p.p. inferior a la registrada en el mismo semestre de 2020 y 4,1 p.p. superior a la del primer semestre de 2019. La tasa desempleo de las mujeres rurales es superior a la de los hombres rurales e inferior a la de las mujeres urbanas.
Trabajo no remunerado
Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), para 2021 disminuyó la participación, tanto de hombres como de mujeres, en las actividades de trabajo remunerado y aumentó la participación en actividades de trabajo no remunerado: En el cuatrimestre enero-abril de 2021, el 92,9% de las mujeres rurales realizaron actividades de trabajo no remunerado, siendo 35,0 p.p. más que los hombres rurales en el mismo período y 1,4 p.p. más que las mujeres rurales en el mismo cuatrimestre de 2017.
Teniendo en cuenta lo anterior, entre 2017 y 2021 se mantiene la división sexual del trabajo en la que la participación de los hombres es mayor a la de las mujeres en actividades de trabajo remunerado y la participación de las mujeres es mayor que la de los hombres en actividades de trabajo no remunerado.
En el cuatrimestre enero-abril de 2021, el promedio total de horas de trabajo de las mujeres en zonas rurales es de 14 horas con 22 minutos diarios y reciben remuneración por el 38,1% del tiempo diario trabajado, es decir que, el 61,9% del tiempo restante es trabajo no remunerado. Por su parte, los hombres rurales trabajan diariamente en promedio 2 horas 27 minutos menos que las mujeres rurales, lo que corresponde a 11 horas con 55 minutos diarios y, de este tiempo el 27,3% es trabajo no remunerado, de manera tal que reciben remuneración por el 72,7% del tiempo diario trabajado.
La diferencia en tiempo diario de trabajo entre hombres y mujeres se concentra en el tiempo dedicado al trabajo no remunerado, mientras las mujeres rurales dedicaron en promedio 8 horas 54 minutos diarios a actividades de trabajo no remunerado, los hombres rurales emplearon 3 horas 15 minutos, es decir, una diferencia de 5 horas 39 minutos. Así mismo, la distribución del tiempo entre trabajo remunerado y no remunerado de los hombres es muy similar entre la zona rural y la urbana, contrariamente, las mujeres rurales dedican diariamente en promedio 1 hora 28 minutos más al trabajo no remunerado y 2 horas 43 minutos menos al trabajo remunerado, en comparación con las mujeres de las zonas urbanas.
Entre 2017 y 2021 se evidencia un incremento en el tiempo promedio de trabajo diario de las mujeres, especialmente en las zonas rurales, pues en el cuatrimestre enero-abril de 2017 el promedio total de horas de trabajo de las mujeres en las zonas rurales fue 12 horas con 45 minutos, de las cuales 7 horas 41 minutos fueron dedicados a actividades de trabajo no remunerado.
En el cuatrimestre enero-abril de 2021, el promedio total de horas de trabajo diario de las mujeres que se identifican subjetivamente como campesinas es 14 horas 43 minutos, de la cuales 9 horas 57 minutos diarios fueron destinadas a trabajo no remunerado. Por su parte, el tiempo promedio total de trabajo de los hombres que se identifican subjetivamente como campesino es 12 horas 26 minutos, de las cuales 3 horas 36 minutos fueron destinadas a trabajo no remunerado.
Dentro del trabajo no remunerado, las actividades de suministro de alimentos fueron realizadas, en el cuatrimestre enero-abril de 2021, por el 83,7% de las mujeres en zonas rurales. Este es un porcentaje significativo, en comparación con el 25,7% de los hombres en zonas rurales y el 78,2% de las mujeres en zonas urbanas, que realizan estas actividades. Además, la diferencia entre hombres y mujeres de las zonas rurales, en términos de tiempo promedio dedicado al suministro de alimentos, es de 1 hora con 15 minutos diarios.
Las dimensiones de pobreza, tanto multidimensional como rurales, están muy asociadas a brechas muy importantes en el trabajo que observamos en el mercado laboral en la zona rural. La dedicación de las mujeres rurales a oficios del hogar tiene una brecha muy importante en términos de participación, vemos un aumento en las horas y la dedicación de las mujeres rurales al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.