DIARIO DEL HUILA, INFORME
Por: Rolando Monje Gómez
Fotografías: José Rodrigo Montalvo
La población de niños, niñas y jóvenes trabajadores en el país están concentrados en el sector rural, en su mayoría mayores de 15 años. En lo corrido del año en el Huila se han identificado y abordado 112 casos en los municipios de Neiva, La Plata, Tarqui y Pitalito.
El trabajo infantil evidencia una falla en los modelos educativos tradicionales que logren cumplir el doble propósito de preparar integralmente a los niños y adolescentes de cara a su futura participación en el mercado laboral y a la vez de permitirle a los padres disponer de más tiempo para continuar con sus actividades productivas, problemática que responde a causas multidimensionales, profundamente ligadas a la pobreza y a la desigualdad social.
El trabajo infantil se presenta de formas diferentes, y no necesariamente del tipo abusivo; dentro de la categoría también hay formas de trabajo doméstico y mendicidad, que suelen estar más estrechamente asociadas a condiciones circunstanciales, accidentales y de género. En muchas partes del mundo, las actividades que dependen de la explotación infantil suelen ser los únicos trabajos remunerados disponibles, por lo cual, más que ser una dura decisión, la inserción de niños y niñas al mercado laboral termina siendo una alternativa inevitable.
En el contexto de la conmemoración del día mundial contra el trabajo infantil para el año 2021, la Alianza EFI, Economía Formal Inclusiva y la Universidad del Rosario adelantaron el estudio ‘Poner fin a las peores formas de trabajo infantil bajo el contexto del Covid-19’, que pretende desarrollar un análisis empírico-descriptivo, a partir de información secundaria, de la estrategia de erradicación de las peores formas de trabajo infantil.
Según los datos más recientes de la OIT indican que para el año 2019, 386 millones de niños y niñas se encontraban en situación de pobreza extrema. Ponderando los efectos sociales de la pandemia del Sars-Cov-2, se estima que entre 42 y 66 millones de niños y niñas entrarían en dicha situación en los próximos años. El esquema de eliminación de las peores formas de trabajo infantil se enfoca en la corrección de la situación para 152 millones de niños en el mundo, de los cuales 73 millones desarrollan trabajos considerados peligrosos.
De acuerdo con el Dane, para el trimestre octubre-diciembre de 2020, del grupo etario de personas entre 5 a 17 años 523 mil personas trabajaron a nivel nacional. Aunque la cifra da nota de la prevalencia del trabajo infantil en el país, cabe resaltar que representa una disminución de aproximadamente 63 mil niños y jóvenes en comparación al mismo periodo del año anterior. Las cifras de trabajo infantil las presenta desagregadas por área, de los 523 mil trabajadores entre 5 y 17 años 242 mil estaban ubicados en centros poblados, mientras los 281 mil restantes en rural disperso.
La población de niños, niñas y jóvenes trabajadores en el país están concentrados en el sector rural, en su mayoría mayores de 15 años. Sin embargo, este subgrupo etario de 15 a 17 años, fue el que presentó la mayor reducción en su tasa de trabajo con una caída del 16,4% entre el último trimestre de 2020 y el mismo trimestre del año inmediatamente anterior. Así mismo, la mayoría de los trabajadores infantiles en el país son hombres.
La tendencia de reducción del trabajo infantil del último trimestre de 2020 es consistente con las dinámicas de la tasa de trabajo infantil desde 2012. La tasa de trabajo infantil se ha venido reduciendo año a año, en 2012 era de 10,2% y se ha reducido año a año hasta el 4,9% estimado para 2020. Lo anterior da nota de una reducción corrida en los últimos 8 años de un poco más del 50% de la tasa de trabajo infantil en Colombia.
Los sectores en donde se concentra mayor proporción del trabajo infantil del país son: la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca con el 44,1%, y el comercio y reparación de vehículos con el 20,7%. Sobre los mayores porcentajes de reducción, en las industrias manufactureras se redujo la participación del trabajo infantil en 36.9%, en el sector de transporte y almacenamiento hubo una reducción del 30,5%.
Por otro lado, aunque la participación absoluta sobre las cifras de trabajo infantil es reducida, en el sector de la construcción, éste representa el sector con el mayor crecimiento de la tasa de trabajo infantil con un incremento de 55,6%.
Trabajo infantil en el campo
Colombia se ha convertido en un país predominantemente urbano, en los últimos cincuenta años ha generado importantes diferencias entre el campo y la ciudad, que se encuentran también en el tema del trabajo infantil.
En el caso de las cabeceras, son 242 mil las personas entre los 5 a 17 años que trabajaron, mientras que en los centros poblados y rural disperso esta cifra era mayor en 39 mil personas. Al considerar que la población colombiana que vive en centros poblados y rural disperso representa tan solo el 22,9% del total nacional, según el Dane, no solo la cantidad absoluta de menores de edad que trabajan es mayor en las áreas rurales, sino que proporcionalmente, la cantidad de menores de edad que trabajan en áreas rurales sobre el total de personas entre los 5 a 17 años, en dichas áreas, es mayor que en las ciudades.
El trabajo infantil predomina en la agricultura, sobre todo en los sectores de mayor informalidad donde las unidades productivas requieren del uso extensivo de mano de obra, mientras que una limitada presencia del Estado reafirma la falta de oportunidades educativas y de tecnificación.
A pesar de que la proporción de trabajadores entre los 5 a 17 años ha disminuido sostenidamente entre los años 2015 y 2020 para el sector “agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca” esta rama aún representa la mayor parte del trabajo infantil en el país, sumando 231 mil trabajadores infantiles para el año 2020.
Trabajo extremo
En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades, con frecuencia a una edad muy temprana.
Cuando calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector, según la OIT.
El Dane también estima una medida de trabajo infantil ampliado por oficios del hogar. Bajo estas estimaciones se tienen tasas de trabajo infantil menos alentadoras comparativamente y en términos absolutos. Se estima que 9,1% de los niños y jóvenes trabaja mientras el 11,5% de las niñas y jóvenes lo hacen, en contraste al 6,3% y el 3,2% estimado respectivamente para cada grupo sin tener en cuenta la corrección por oficios del hogar.
Covid y trabajo infantil
La crisis económica y sanitaria que deriva del Covid-19, puede ralentizar la progresiva disminución de la tasa de trabajo infantil dado el aumento en las cargas de cuidado familiares, los aumentos en las tasas de desempleo e informalidad en concordancia con la interrupción de los procesos educativos, el cierre de colegios y escuelas en el ámbito de la brecha digital.
En la emergencia sanitaria ha aumentó el riesgo de que los niños, niñas y adolescentes inicien sus labores antes de la edad mínima de admisión al trabajo, profundizando las desventajas educativas, que repercute en la restricción de sus posibilidades de desarrollo.
Para el caso particular de Colombia es necesario entender las causas que llevan al trabajo infantil para así establecer los efectos de una crisis social y económica como la pandemia por Covid-19. Las razones para trabajar de la población entre 5 y 17 años, evidencia el acento en el deber de participación en la actividad familiar (38,8%) y otra proporción importante de los niños, niñas y jóvenes trabajadores lo hacen por tener su propio dinero (34,6%), en todo caso, visto desde estas dos motivaciones a trabajar, el trabajo infantil se volvió entonces una herramienta para el acceso a bienes y servicios vitales para los hogares durante la pandemia.
Las variaciones presentadas también evidencian que entre el último trimestre de 2019 y el último trimestre de 2020 se redujo en gran medida (29.7%) la proporción de niños, niñas y jóvenes que trabajaban porque debían ayudar con los gastos del hogar o trabajar para costearse los estudios.
Resulta relevante, el factor cultural como determinante principal, que mezcla la independencia y acceso a medios de vida, ligados a la necesidad de contar con recursos propios y la asignación al trabajo de un rol de formación, que legitima la inclusión prematura en el sistema de relaciones laborales, comprometiendo el desarrollo fisiológico y escolar.
Entre los niños, niñas y jóvenes que trabajan, los que legalmente pueden trabajar también pueden hacer parte de la categoría de ninis, que hace referencia a jóvenes entre 15 y 29 años que ni trabajan ni asisten a un curso de educación formal.
Según los estimados de la OIT, en Colombia el 21,2% de las personas en este rango etario podían ser consideradas como ninis, de los cuales el 65% eran considerados como inactivos que no estudiaban, y el restante se encontraba desempleado. Sobre las características de los ninis en el país, también menciona que el 70% vive en las zonas urbanas, e implica que existe cierto grado de correlación entre los ninis y el bajo logro educativo, la mayoría de ellos tiene como máximo el diploma de educación secundario y algunos años de educación terciaria incompleta.
La problemática y principal relación entre los ninis y el trabajo infantil está en que, la categoría más grande de ninis, los más jóvenes e inactivos presentan una alta incidencia de cargas de trabajo doméstico y de cuidado. Entre los ninis inactivos el 87% de las mujeres y el 23% de los hombres en realidad trabajaban en tareas domésticas no remuneradas y en la economía del cuidado.
Frenar trabajo infantil en el Huila
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, a través del Equipo Móvil de Protección Integral, Empi, fortalece las estrategias para prevenir el trabajo infantil y alta permanencia en la calle en todo el departamento del Huila.
En conjunto con las entidades que componen el Sistema Nacional de Bienestar Familiar (Snbf) el Icbf ha adelantado en lo transcurrido del año diversas jornadas de identificación y caracterización de niñas, niños y adolescentes, establecidas en el plan de acción para este tipo de problemática en sitios neurálgicos como: plazas de mercado, semáforos en la zona céntrica y sectores de alta vulnerabilidad social, que conlleva a que éstos se vean expuestos y no gocen de sus derechos fundamentales por causas económicas, sociales y culturales.
Durante estas jornadas, se han identificado y abordado 112 casos en los municipios priorizados por la estrategia: Neiva, La Plata, Tarqui y Pitalito, a quienes se les realizó la activación de la ruta para el restablecimiento de sus derechos.
La directora Regional del Icbf en el Huila, Luz Elena Gutiérrez Uribe, destacó que desde la entidad se han realizado jornadas de fortalecimiento a las comunidades a través de la formulación e implementación de estrategias orientadas a la protección integral de las niñas, niños, adolescentes y sus familias, con presuntas situaciones de inobservancia, amenaza o vulneración de derechos.
“Se continúan desarrollando estrategias lúdicas y pedagógicas a menores de edad y sus familias, con el fin de brindar orientación sobre la importancia de los entornos protectores que permiten garantizar sus derechos. El objetivo fundamental de las actividades es generar cambios significativos en la comunidad, quien, una vez es intervenida por profesionales en psicología, trabajo social y pedagogía, se puede vincular en programas que ofrece el Instituto. Así mismo, estas acciones pretenden cambiar la dinámica de las familias, empoderando a los padres en la importancia de garantizar los derechos fundamentales de las niñas, niños y adolescentes”, expresó.