Según la OMS, el 45 % de la población con esta patología no sabe que la padece y por ende no se puede tratar, lo que representa en largo plazo una carga para los sistemas de salud.
Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades, manifestó que «El covid-19 ha afectado la continuidad de la atención en salud de todas estas enfermedades, y por otro lado nos ha vuelto más sedentarios, lo que es un factor de riesgo para desarrollarlas».
«Es importante que se hagan diagnósticos tempranos, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 45 % de la población no sabe que la padece, y es necesario para controlar las comorbilidades, brindar una adecuada prescripción farmacológica y de alimentación y así mejorar su calidad de vida», explicó.
Por otro lado, recalcó que las personas diabéticas representan un aumento de los costos para el sistema de salud, puesto que la atención ambulatoria para estos pacientes representa 3 o 4 veces el costo de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), es decir, del valor que el sistema dispone para cada habitante del territorio nacional para sus prestaciones.
«Si tiene complicaciones agudas, el costo puede elevarse de cuatro a cinco veces; pero si tiene complicaciones macrovasculares, como una enfermedad renal que requiera diálisis, puede ser de 10 a 12 veces el incremento de la UPC», añadió.
Ante este panorama, Bautista fue enfática en reconocer que esta enfermedad puede ser en su gran mayoría de veces prevenible y que se requiere una concienciación por parte de las personas para reconocer sus factores de riesgo y a su vez, la modificación de conductas nocivas que puedan resultar en su desarrollo.
«El control parte del cuidado que tengamos con nosotros mismos y nuestros papás, abuelos e hijos. Es importante una adopción de buenos hábitos alimentarios, actividad física recurrente y evitar el consumo de alcohol y de tabaco para reducir las posibilidades de desarrollar una diabetes», especificó.