Un notorio incremento se ha registrado en el arroz en dos presentaciones, es decir, tanto en el valor que asume el consumidor como en la producción de los cultivos por hectáreas. Esto al parecer obedece al incremento de los insumos, la variación del dólar, la dinámica de la inflación y demás situaciones exteriores que se han expuesto anteriormente, como el cambio climático, los conflictos entre diversas regiones y la importación del producto.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Johan Eduardo Rojas López
Fotografías: Felipe Poloche
El arroz es uno de los productos de la canasta familiar que más incrementó su valor durante el 2022 al ubicarse en 54% y, por tanto, inició el año con incertidumbre y varios requerimientos al Gobierno Nacional y Departamental.
Para Martin Vargas Chacón, líder de Dignidad Arrocera por el departamento del Huila, el significativo aumento tiende a subir en dos presentaciones tanto en blanco (comprar el consumidor) como en su producción. Lo anterior, debido precisamente a que hoy el costo de producción por hectárea es de 10 y 11 millones de pesos por los insumos tan elevados que se manejan desde que arrancó la pandemia. Bajo esta lógica, para que los productores tengan ganancias deben producir cerca de 7 toneladas por hectárea, de lo contrario, trabajarían a pérdidas como está sucediendo en la actualidad.
Actualmente la arroba de arroz tiene un valor aproximadamente de $50 mil, mientras que la libra podría estar llegando a los $3.000, lo que registra un incremento significativo.
“El otro gran problema son las exportaciones porque el acuerdo que hay con el TLC con Estados Unidos y el acuerdo de la Comunidad Andina están entrando entre 300 y 350 mil toneladas de arroz blanco y con la variación del dólar, genera que el precio del arroz blanco este elevado también”, explicó Vargas Chacón.
En otras palabras, el panorama de todo el sector, es decir, desde la producción hasta la comercialización está relacionado con las múltiples afectaciones que se presentan desde el orden internacional, nacional, departamental y municipal. Esto no solamente sucede con el arroz sino con la mayoría de los cereales.
Y es que, si se lograra producir ciertos insumos en el país, todo sería más económico y posiblemente el panorama no estaría complejo. Detalló así que, “Si es que hay que tener en cuenta que estas situaciones nos están haciendo trabajar a pérdidas porque si hay muchas lluvias los cultivos necesitan luminosidad de sol y esto afecta la producción, la cual decae. Es allí donde el agricultor por todos los puntos de vista tiende a perder y se ve perjudicado seriamente”.
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Habrá abastecimiento en el Huila durante el primer semestre del año
Sin embargo, el gremio tiene una buena expectativa pese a las diversas afectaciones internas y externas. En este primer semestre esperan gran abastecimiento de arroz gracias a una campaña que se realizó luego de la última siembra de algodón.
“Allí también miramos que los almacenes de cadena y esta gran oferta a nivel internacional estudien los acuerdos del TLC porque el arroz blanco llega más costoso. El problema es el monopolio que hay de la industria colombiana porque va a ver una sobreoferta interna porque en este primer semestre viene una gran cosecha de arroz en nuestro departamento y esperamos que este precio se siga sosteniendo. A esto hay que sumarle lo que se importan, entonces, no se sabe cómo será el manejo”, agregó el líder gremial.
Costo de producción por hectárea aumentó en un 50%
Antes de la pandemia, de acuerdo con Vargas Chacón, producir una hectárea de arroz costaba entre 5 o 6 millones de pesos, mientras que actualmente, oscila entre 10 y 11 millones de pesos, lo que significa que, se ha duplicado el precio que en última instancia asume el consumidor final.
“En este momento se puede hablar de un porcentaje mayor debido al comportamiento del dólar, si eso sube, el costo de producción del arroz va subiendo. Hoy el costo de la producción por hectárea ha aumentado un 50% por el costo de los insumos. Esto realmente afecta a los 18 municipios arroceros, en especial, al municipio de Campoalegre porque es la capital arrocera en donde tiene la primera economía de nuestro municipio se sustenta en este producto. Entonces aquí la económica la movemos nosotros en un primer grado, si nosotros decaemos, la economía del municipio se va a ver bastante afectada y así pasará en los diversos municipios”, dijo el líder de Dignidad Arrocera por el departamento del Huila.
¿Cambio de cultivos?
Frente al cambio de productos de cultivos (maíz – algodón) referidos por este panorama, aclaró que, les tocaría esperar las instrucciones dadas por el ICA. Además, de estudiar el comportamiento que estos productos tengan en el país para tomar esta decisión. Ahora bien, si observan que hay un buen panorama y expectativa para seguir sembrando arroz, continuarán por esa línea, lo que conlleva a que, se tenga una buena oferta del producto durante el segundo semestre del año porque del contrario se darían serias afectaciones.
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Esto lo están esperando los cerca de 6.000 arroceros directos que tiene el Huila, más los indirectos como los paleros, desmalezadoras, regadores, camioneros, maquinistas, subalternos y demás. Determinó que, “Todo esto depende de cómo se maneje a nivel nacional y departamental. De pronto tocaría mirar para el segundo semestre porque si hay una baja producción, caería el abastecimiento y subiría el precio. A los gobiernos les decimos que se articulen porque nosotros somos un eslabón primario y de allí depende la gran industria, es decir, que deben estar pendientes de nosotros”.
“Además hay que renegociar los TLC porque en esto nos perjudican porque después del 2027 ya queda un arancel en arroz, entonces el gran peligro es que las grandes cadenas de almacenes pueden traer arroz importado, cero aranceles y perjudicar el agricultor y hasta la industria desaparecería si eso no se logra detener”, concluyó.
Un panorama crítico con oportunidad
Según Raimundo Vargas Castro, integrante de la junta directiva de Fedearroz a nivel nacional, señaló que, en efecto el sector arrocero viene presentando un panorama complejo debido a la inflación que cerró el año en 13,12%, la cual, impactó desde luego a los alimentos, entre esos, el arroz. Se espera para febrero empezar a recoger la cosecha del 2022, por lo tanto, según Vargas Castro, allí se podría regular el alza del arroz porque se tendría una estabilidad en ese momento, mientras que también, se brindan incentivos para poder menguar esos costos de producción tan elevado que incrementa los precios.
“Este impacto de la inflación también se ve reflejado en los altos costos de producción para cultivar una hectárea de arroz, entonces el panorama es crítico, pero también tenemos la oportunidad de tener unos precios satisfactorios para los productores donde se encuentran los puntos de equilibrios y ganancias. A finales del 2022 pasamos con cerca de 900 mil toneladas de inventario el cual es suficiente para poder tener el mercado interno bien consumido. De otra parte, es importante que el gobierno nacional de algunos incentivos de los insumos y más inversión para el sector con medidas concretas”, admitió el integrante de la junta directiva de Fedearroz a nivel nacional.
Escasez de mano de obra
Finalmente, Víctor Rodríguez Perdomo, representante legal de un distrito de riego de Tesalia que agrupa a 23 familias, dijo que, “El tema del arroz a nivel nacional es bastante complicado porque desafortunadamente no hay un gobierno que le ponga cuidado a este producto. A esto se le suma la escasez de la mano de obra no calificada, ya nadie quiere trabajar”.