América Latina se está convirtiendo en la región del mundo que más rápido está envejeciendo, según una investigación presentada por las Naciones Unidas.
De igual manera, por medio del estudio Tsunami Latam desarrollado por la brasileña Data8 y la colombiana Target Insights y que contó con la realización de más de 20.000 encuestas online en Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, México y Uruguay, se corroboró que «América Latina está envejeciendo».
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Los datos revelan que en 2020, cuando empezó a desarrollarse el estudio, 13% de las personas de la región eran mayores de 60 años. Pero esto da nociones de lo que puede suceder en 2030, año en el que se estima que esta cifra aumentará a 18%. Para 2090 el dato se podría ubicar en 36,4%, un índice mucho mayor al de Estados Unidos y Europa.
El mismo estudio asegura que más de 21% de los latinoamericanos considera que llegará a los 100 años y 79% dice que planeó ya su madurez para no tener que depender de nadie.
«Los hallazgos del estudio, además de confirmar la consideración de la ONU, va más allá y abre un abanico de opciones sociales y económicas, siendo epicentro de una franja de población mayor de los 45 años», señala Dora María Gómez, gerente comercial y socia de Target Inside, una de las firmas que elaboró este informe.
Bajo ese entendido y analizando algunos datos proporcionados por las instituciones de estadísticas de los diferentes países, se tiene que Argentina, por ejemplo, es el país que más rápido envejece. El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina, Indec, revela que 2022 había 7.429.972 de personas mayores de 60 años. Pero este panorama no dista mucho del de Brasil. En el país carioca, 14,7% de su población es mayor de 60 años, según cifras del Programa Iberoamericano de Cooperación.
En el caso de Colombia, el Dane estima que su población mayor de 45 años llegará a 37% dentro de 10 años. Chile, otro de los países que hizo parte del estudio, 16,5% de sus habitantes supera los 60 años, de acuerdo con el último censo.Frente a estos datos, Livia Hollerbach, de Data8, dice que las principales economías de la región están transitando hacia la revolución de la longevidad. «Es una alerta para analizar con mayor atención el bonus demográfico y entender oportunidades tanto de negocio como de una vida longeva mucho más significativa».
Este estudio también contempló algunos cambios en la mentalidad de los latinoamericanos tras la pandemia por covid-19. Cuatro de cada 10 latinos mayores de 45 años aseguraron que la crisis sanitaria generó en ellos más conciencia sobre el envejecimiento.
En ese sentido una de las principales preguntas es sobre lo que está sucediendo con las personas en América Latina, con respecto al envejecimiento.
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El analista económico y docente de la Universidad del Norte, Mario de la Puente, afirma que este fenómeno que se está dando en la región se debe a que «este proceso se debe principalmente a la disminución de la tasa de fecundidad y al aumento de la esperanza de vida». Asegura que en el futuro, se espera que países como Nicaragua, México y Chile experimenten un envejecimiento tres veces más rápido que algunos países europeos, manteniéndose en línea por lo revelado con el informe Tsunami Latam.
El impacto
De acuerdo con Mario de la Puente, este «rápido envejecimiento tiene importantes implicaciones económicas y sociales». Esto debido a la prevalencia del trabajo informal y de la limitada protección social. «Existe el riesgo de que la región envejezca en condiciones de pobreza. Se estima que cuatro de cada diez adultos mayores en América Latina y el Caribe no reciben ninguna pensión de vejez».
Ante este escenario, considera que es crucial que los gobiernos de América Latina tomen medidas para abordar los desafíos que tienen en frente con respecto al envejecimiento de su población.
«Esto podría incluir políticas para aumentar el trabajo formal, expandir los mecanismos de protección social, adaptar los mercados laborales para acomodar a los trabajadores mayores y planificar el aumento del gasto público en salud y pensiones», concluye el analista económico internacional y docente universitario.