La sociedad huilense está asistiendo a las diferentes transformaciones que está presentando el clima, por los altos temporales lluviosos que están afectando la dinámica productiva en algunas regiones del país. Estamos siendo afectados por la permanente transformación del ambiente, que ha sido producto del progresivo cambio climático, que se está reflejando durante esta época, en el territorio nacional. Están provocando grandes procesos desestabilizadores en la infraestructura productiva y en el bienestar de sus habitantes.
Es indispensable que cada uno de nosotros, fortalezcamos la cultura ambiental, a través de hábitos saludables que desarrollamos diariamente en la ciudad. Utilizar recipientes destinados para recoger los residuos sólidos y no dejarlos en las calles abandonados. Éstas caen en las alcantarillas y por consiguiente se taponan, generando las tradicionales inundaciones en las vías públicas. Debemos contribuir con el mejoramiento del entorno ambiental. Igualmente, los organismos de socorro, junto con las autoridades ambientales, deben detectar los arboles que se encuentran en riesgo de caerse, cuando ocurren estas borrascas, para evitar que caigan sobre las vías y viviendas. Están arreciando las lluvias.
Los anteriores, son entre otros, algunos correctivos preventivos que debemos emprender para disminuir el riesgo de afectación al bienestar de las familias. Los desastres naturales y las tragedias que suceden en nuestro territorio. tienen una triste elocuencia. Mientras la humanidad se desgasta en debates estériles, a menudo manipulados y estancados, las imágenes que son difundidas por los medios de comunicación sobre las tragedias invernales que están sucediendo diariamente en nuestro territorio colombiano, especialmente en el Huila, reflejan el alto impacto que estamos padeciendo por el cambio climático que se está presentando en el mundo.
Lo que sí se han llevado son los reflectores mundiales. Cientos de municipios de Colombia con deslizamientos por culpa de las lluvias no dan tregua; personas sufriendo porque lo perdieron todo debido a las inundaciones aquí y allá, de políticos viendo impotentes la magnitud de un reto para el que no estamos preparados, son un contraste contundente. Estamos en emergencia climática. No estamos, ni cerca de estar listos para evitar sus peores consecuencias.
La crisis ya está aquí, y lo peor está por venir. Pero podemos reaccionar. Cada acción decisiva que tomemos ayuda a evitar que una situación horrible empeore aún más. Eso requiere ambición política y visión a mediano plazo, algo que nos ha faltado en los últimos tiempos. La urgencia de hacer el tránsito a fuentes de energía con menor huella en el ambiente, para evitar los escenarios catastróficos que los científicos vienen anunciando, exige el compromiso de los principales emisores, pero también su liderazgo. La naturaleza sigue su marcha, con todas sus variaciones climáticas, y lo que de ellas se desprende, a veces con duras consecuencias.
