Muestras traídas a la Tierra del asteroide Bennu por la misión Osiris-REx de la Nasa tienen una corteza de fosfato en una concentración detectada en mundos oceánicos como la luna Encélado.
DIARIO DEL HUILA, CIENCIA
“El asteroide Bennu puede ser un fragmento de un antiguo mundo oceánico. Esto todavía es muy especulativo. Pero es la mejor pista que tengo ahora para explicar el origen de ese material”, declaró a Space.com Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona, investigador principal de Osiris-REx.
Uno de los primeros hallazgos de los 200 miligramos de muestras que ya estudian los científicos es que el material del asteroide parece “distinto y diferente a cualquier otra cosa en nuestra colección de meteoritos isotópicamente, lo cual es emocionante”, dijo Lauretta. “Hay todo un ámbito de material al que nunca tendremos acceso si solo dependemos de los meteoritos”, añadió Lauretta.
La mayoría de los meteoritos que soportan su ardiente caída a través de la atmósfera terrestre y se recuperan son fragmentos de asteroides. Pero no es fácil identificar la roca espacial de la que se originaron.
Las muestras de Osiris-REx tienen una corteza de fosfato nunca antes vista en meteoritos, dijo Lauretta. Estas altas concentraciones de fosfato se han detectado en mundos oceánicos extraterrestres, afirmó.
Por ejemplo, Encélado, la luna de Saturno, contiene fosfatos, un elemento clave para la vida, y en niveles mucho más altos que los océanos de la Tierra. “El asteroide Bennu puede ser un fragmento de un antiguo mundo oceánico. Esto todavía es muy especulativo. Pero es la mejor pista que tengo ahora para explicar el origen de ese material”, dijo Lauretta.
“Tenemos más de 1.000 partículas que miden más de medio milímetro, 28 partículas que miden más de un centímetro y la partícula más grande mide 3,5 centímetros”, explicó sobre el material recibido en septiembre. “Así que es una gran colección llena de piedras realmente grandes”.
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Las muestras de Bennu contienen abundantes cantidades de agua encerrada en minerales como arcillas y también son ricas en carbono, nitrógeno, azufre y fósforo. Las muestras de Osiris-REx representan el reservorio prístino más grande de dicho material en la Tierra.
“Vamos a estar ocupados durante mucho, mucho tiempo”, dijo Lauretta. “Esta es una enorme cantidad de muestra para nosotros”, dijo, y ahora también se están estudiando especímenes de Bennu en todo el mundo.
Lo que se ha descubierto se detallará en la 55.ª Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar del próximo mes que se celebrará en The Woodlands, Texas. A esa prestigiosa reunión se han presentado más de 70 resúmenes de producción científica, dijo Lauretta. “A partir de marzo todo esto se dará a conocer al mundo. Así que el equipo está trabajando intensamente”, dijo.
El análisis detallado de estas muestras recién llegadas está en marcha, y los resultados preliminares se presentarán en la 55ª Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar, que se llevará a cabo el próximo mes en The Woodlands, Texas. Este evento promete revelar nuevos conocimientos sobre Bennu y su posible relación con los mundos oceánicos extraterrestres, generando un gran interés y expectación en la comunidad científica y el público en general.
En resumen, el descubrimiento de la corteza de fosfato en las muestras de Bennu representa un emocionante avance en nuestra comprensión del origen y la composición de los asteroides. Si bien la teoría de que Bennu sea un fragmento de un antiguo mundo oceánico aún necesita más investigación, este hallazgo ofrece nuevas perspectivas sobre la diversidad y la complejidad de los cuerpos celestes en nuestro sistema solar y más allá.
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