Las ballenas francas fueron alguna vez el objetivo preferido de los balleneros vascos.
DIARIO DEL HUILA, MEDIO AMBIENTE
La ballena franca glacial o también conocida como ballena vasca, es un enorme mamífero marino que vive en el norte del Atlántico. Se caracteriza por desplazarse de una manera lenta a través de sus zonas de distribución. Aunque esto no limita su alimentación o su reproducción, las vuelve vulnerables y es una de las causas de la reducción y la desaparición de las poblaciones de ballena franca glacial.
El nombre científico de esta especie es Eubalaena glacialis. Pertenece al grupo de los balénidos (Balaenidae), en donde se encuentran todas las especies de ballenas francas conocidas y la ballena boreal. A pesar de ser especímenes increíbles, la mayoría de ellas se encuentran en peligro por la reducción de sus poblaciones. Descubre algunas de las razones de su situación en el siguiente espacio.
¿Por qué la ballena franca glacial es tan vulnerable?
Una de las mayores vulnerabilidades de la ballena franca es su comportamiento pacífico y apacible. Contrario a otras especies marinas, estos ejemplares no suelen atacar de manera intencionada sus agresores, sino que prefieren huir para alejarse lo suficiente y perderlos.
Dentro del agua, su tamaño (entre 14 y 18 metros de largo) disuade a los depredadores, por lo que no tiene enemigos que se atrevan a hacerle daño. Esta es la razón por la que no necesitan aprender a luchar o defenderse en su entorno y su comportamiento es pacífico.
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El único problema es que esta estrategia no sirve de nada ante los humanos, quienes incluso a pesar de la diferencia de tamaño, la atacan para obtener su grasa y su carne. Por si fuera poco, la ballena franca glacial nada a una velocidad promedio de 1.3 kilómetros por hora, lo que la vuelve un objetivo fácil de alcanzar y atrapar.
Visto de otra manera, el principal depredador de la ballena franca glacial y una de las causas por las que su población se encuentra en riesgo es el humano. Claro está, este no es un problema actual, sino que se remonta al siglo XI, cuando nació la industria ballenera y se propició la cacería intensa de estos animales.
¿Por qué se cazan ballenas francas?
La cacería de las ballenas fue una actividad importante que se hizo popular después del siglo XIX, con la aparición de los barcos de vapor. Esto provocó la expansión de la industria y la demanda de los ejemplares, lo cual redujo de manera constante su población hasta la actualidad.
Las ballenas eran cazadas por dos razones, su carne y su aceite (grasa). Por su tamaño, un solo organismo proveía enormes cantidades de comida que se podía vender y refrigerar con facilidad. Mientras que, por otro lado, la grasa era útil como combustible en lámparas, para elaborar jabones y para obtener la glicerina. Este último fue fundamental en la fabricación de explosivos durante la segunda guerra mundial.
¿La cacería causó la desaparición de la ballena franca glacial?
Lamentablemente, la explotación que sufrió la ballena franca glacial desde que nació la industria ballenera, terminó por mermar su población de manera inimaginable. Si bien es cierto que no existe registro de qué tanto disminuyó, muchos especialistas creen que la caza excesiva de esta y otras especies es la responsable de su estado actual.
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De hecho, en 1925 varios países y asociaciones opinaban que se debía regular la explotación de las ballenas para evitar perder por completo los recursos. Es así que en 1931 se firmó por primera vez la Convención para la Regulación de la Caza Ballenera. No obstante, esto no fue suficiente y en los años posteriores los países miembros se reunirían varias veces para modificar las reglamentaciones.
Después de sucesivos conflictos con otras organizaciones, en 1986 la Comisión Ballenera Internacional prohibiría la captura comercial de las ballenas. Esto finalizaría por fin con la caza excesiva, aunque el daño en sus poblaciones estaba hecho. Eso sí, a pesar de que la cacería fue el causante de la reducción de la población de ballenas francas, no es la causa actual de su desaparición.
