Gloria Camargo
Colombia enfrenta un desafío significativo en cuanto al manejo de residuos, ya que solo se recicla el 17% del total de los desechos generados en el país. Se estima que cada año se producen alrededor de 12 millones de toneladas de residuos sólidos, de las cuales más de 5 millones de toneladas terminan siendo depositadas en rellenos sanitarios.
Estas cifras evidencian que Colombia presenta un índice de reciclaje relativamente bajo en comparación con otros países. Es fundamental resaltar la importancia de las acciones a favor del reciclaje que están llevando a cabo diversas entidades, así como la implementación de prácticas desde el hogar.
Mauricio Abondano, Gerente de Negocios de Atica, una empresa dedicada al reciclaje, destaca la relevancia de estas estrategias para ayudar a mitigar los residuos y lograr una Colombia más sostenible y consciente en cuanto a la conservación del medio ambiente. En los próximos cuatro años, el reciclaje se convierte en un tema crucial para la economía circular y la protección del medio ambiente en el país.
Se estima que una persona promedio en su hogar genera alrededor de 0,68 kg de residuos al día. Si todos logramos reducir esta cantidad en 280 gramos, generando solo 0,4 kg diarios, podríamos pasar de una generación de 12 millones de toneladas de residuos al año a tan solo 7 millones. Esto permitiría dar una segunda vida a los rellenos sanitarios y brindaría tiempo para implementar tecnologías adecuadas para su tratamiento.
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Sin embargo, el aporte más significativo que se puede hacer está en la separación correcta de los residuos en el hogar. Por ejemplo, contaminar plásticos con restos de comida hace que su recuperación o limpieza sea más costosa tanto desde una perspectiva ecológica como económica. Al separar los residuos de manera adecuada, cada tipo de material puede ser captado y tratado de forma adecuada. Además, el compostaje de residuos orgánicos es una iniciativa que se puede implementar fácilmente desde casa.
En los últimos años, las prácticas de economía circular han ganado impulso, centrándose en dar una segunda vida a los residuos y producir con el menor impacto ambiental posible. Empresas como Atica han llevado el modelo de economía circular más allá, abarcando el compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes tantas veces como sea posible para crear valor añadido.
De esta manera, el ciclo de vida de los productos se extiende hasta donde sea tecnológicamente posible, mediante procesos e innovaciones de transformación de todo tipo de residuos, ya sean peligrosos, no peligrosos u ordinarios. Atica es pionera en la transformación y en políticas de reutilización de incluso los residuos más pequeños. Un ejemplo de ello es la valorización de residuos, donde se logra reintegrar más de 8,000 toneladas de plástico al año y más de 6 millones de galones de aceite usado a la cadena productiva.
