Gloria Camargo
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el 25,4% de la población del país se encuentra en la clase media. Este grupo social se sitúa entre los extremos de la pobreza y la riqueza, caracterizándose por tener un nivel de ingresos aceptable que no es demasiado bajo ni demasiado alto. Además, la clase media tiene acceso a la educación y disfruta de una calidad de vida en la que no falta nada pero tampoco sobra.
Sin embargo, ¿cómo saber con certeza si se forma parte de la clase media? Para responder a esta pregunta, el Dane utiliza el criterio del ingreso per cápita para clasificar a la población según su condición socioeconómica. De esta manera, se establecen cinco categorías: pobreza extrema, pobreza, vulnerabilidad, clase media y clase alta.
Para determinar si una persona pertenece a la clase media, el Dane establece un rango de ingreso per cápita dentro del hogar, que en el año 2020 oscilaba entre más de 653.781 pesos y menos de 3.520.360 pesos mensuales. Estos valores se actualizan anualmente de acuerdo con la inflación.
El ingreso per cápita se calcula sumando los ingresos de cada miembro del hogar y dividiendo el total entre el número de personas que lo conforman. Por ejemplo, si un hogar de cuatro miembros tiene un ingreso total de tres millones de pesos, el ingreso per cápita sería de 750.000 pesos, una cifra que se ubicaría en el rango correspondiente a la clase media.
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Por otro lado, en Colombia se considera que un hogar es rico cuando cada integrante tiene ingresos superiores a 3,7 millones de pesos.
Durante el primer semestre del año, el panorama económico y la tendencia inflacionaria han generado grandes dificultades para los colombianos. El costo de vida y el aumento de precios de los alimentos han sido especialmente impactantes en esta situación.
Es importante destacar que esta problemática no solo se ha presentado en Colombia, sino que es una preocupación global debido a las consecuencias económicas de la pandemia, que han ejercido presión sobre los gobernantes en todas las regiones. Un estudio realizado por la firma Kantar revela que estos efectos se comparten en países como El Salvador, México, Chile, Perú, Argentina y otras naciones de acuerdo con las tendencias sociales que se observan en estas áreas.
En América Latina, los precios de los alimentos han aumentado en promedio hasta un 43,9%. Sin embargo, el estudio destaca que las personas de menores ingresos son uno de los grupos que más gasta en alimentos.
Ante esta situación, diversas entidades han tomado medidas concretas, como la disminución de las tasas de interés solicitada por el gobierno a los bancos. Esto también ha jugado un papel importante en las cadenas de suministro, ya que varias cadenas de supermercados han decidido reducir sus precios. La iniciativa comenzó con Supermercados Ara y se ha extendido por todo el país.
Según el Boletín de Precios de Productos Agropecuarios de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), se han registrado importantes reducciones en los precios de frutas frescas, cebollas y papas negras.
