El cerebro de las personas con depresión presenta interrupciones en sus conexiones neuronales; las áreas cerebrales que trabajan de manera conjunta para procesar las emociones se desacoplan en las personas que sufren trastorno depresivo.
ESCRITO POR Mg. Silvana Velásquez Agudelo Psicóloga Clínica y de la Salud Fundadora Fundación ANDA
La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye significativamente a la carga global general de la enfermedad, aproximadamente 280 millones de personas tienen depresión y puede conducir al suicidio (OMS, 2021) y aunque la depresión NO es el único factor de riesgo, ES VITAL.
La depresión clínica es una enfermedad grave y común que afecta al ser humano física y mentalmente, es mucho más grave que solo sentirse desanimado o triste, es real, así como la diabetes, el cáncer o una enfermedad cardíaca, la persona no puede recuperarse por sí sola, necesita de un tratamiento que contribuya en su recuperación y en su calidad de vida. En ese orden de ideas, el manejo que se le debe asignar a la Depresión, es igual. Una persona que padece DEPRESIÓN no puede simplemente salir de ella a fuerza de voluntad, ya que la combinación de factores genéticos, epigenéticos, biológicos, ambientales y psicológicos causan la DEPRESIÓN.
El cerebro de las personas con depresión presenta interrupciones en sus conexiones neuronales; las áreas cerebrales que trabajan de manera conjunta para procesar las emociones se desacoplan en las personas que sufren trastorno depresivo. Investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago han constatado, mediante neuroimagen, que la amígdala cerebral (región implicada en el procesamiento de las emociones) se desacopla de la red emocional en las personas que han experimentado episodios depresivos (Mental Health América). La escasez de serotonina, el neurotransmisor relacionado con la sensación de bienestar, es la que más influye en el desarrollo de depresión, pero también se ha detectado una disminución de norepinefrina, que favorece la atención, de dopamina, que nos aporta motivación, y de GABA que es relajante (agon,2020). También se ha demostrado que esa reducción de neurotransmisores no nos afecta a todos por igual, ya que en algunos casos esto provoca síntomas depresivos, pero no siempre.
En el artículo de la semana anterior (Cuidado cerebral en la prevención del suicidio) hacía mención, que nuestro sistema nervioso es muy complejo, por eso no es de extrañar que las particularidades del cerebro con depresión afecten a diferentes aspectos de su funcionamiento y esa es la importancia del cuidado que se debe tener con su principal órgano, el cerebro. Por otro lado, otras de las causas frecuentes que desencadenan la depresión son el estrés crónico o un trauma emocional, factores psicosociales.
En un análisis de los factores de riesgo en la ideación suicida que realicé a 60 pacientes que ingresaron a mi consultorio durante 2019-2021, encontré que: dentro de sus factores de riesgo primarios, secundarios y terciarios para el riesgo suicida, las crisis depresivas y la depresión mayor (Diagnosticada) prevalecieron en estos pacientes. La temprana identificación, el apropiado manejo e intervención en la práctica clínica, me llevaron a que estos pacientes mejoraran sus procesos cognitivos, cerebrales y mentales. El 18% de estos pacientes acompañados por MBCT y tratamiento farmacológico, y el 82% de (MBCT) Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness, recuperación apremiante para estos pacientes en su funcionamiento diario y calidad de vida.
La depresión es real, no es solo una manifestación de tristeza e incapacidad para asumir la adversidad y resolver conflictos, la depresión es una ENFERMEDAD, que debe ser respetada y tratada con prontitud, para evitar una de las consecuencias de esta enfermedad, el suicidio.
Tips para esta semana:
1. Alimentación saludable: La serotonina se sintetiza a partir de triptófano, un aminoácido esencial, que obtenemos de la dieta.
Dieta MIND o dieta de la Mente: El grupo de investigación SINAPSIS de los Estados Unidos, plantea que el plan de alimentación de esta dieta propone incrementar la ingesta de vegetales de hoja verde, frijoles, granos secos, granos enteros (avena, quinua, arroz integral, pasta integral y pan 100% integral) Pescado, pollo, aceite de oliva, y disminuir las grasas saturadas, carnes rojas, alimentos fritos, mantequilla y azúcar. La nutrición influye en el estado de ánimo y el nivel de energía de una persona.
2. Reconocimiento de los problemas: Intenta identificar las circunstancias o problemas que están contribuyendo a que te sientas desanimado. ¡Recuerda! NO es lo mismo experimentar una crisis depresiva, a padecer una depresión clínica.
3. Manifiéstate: Cuando identifiques qué es lo que te ha hecho sentirte triste y decaído y por qué, habla sobre ello con alguien, convierte tu dolor en palabras, te liberará y generará nuevas redes neuronales.
4. Ayuda profesional: En los casos de DEPRESIÓN CLÍNICA lo primero es buscar ayuda profesional (Psicología Clínica y psiquiatría) Los medicamentos antidepresivos y la terapia cognitiva-conductual son los principales tratamientos para la depresión; mejora la ansiedad, la pérdida del sueño, del apetito, y la falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
5. Activación de redes de apoyo: La depresión provoca en el individuo aislamiento de la familia, amigos, trabajo, y escuela. La red de apoyo es fundamental en personas con depresión, es un NEUROPROTECTOR.
6. Validación emocional: La empatía, la aceptación de las emociones y la comunicación asertiva son pilares en el acompañamiento del paciente depresivo.