Las EPS sí sirven
Por Margarita Suárez
Tuve la fortuna de laborar en la Superintendencia Nacional de Salud, en la época que el titular era un experto en seguridad social, el abogado Darío Angarita Medellín. Ingresé como jefe de comunicaciones y gracias a mi grado como administradora de empresas y el interés que le puse a conocer, al derecho y al revés, la ley 100 de 1993, cuyo contenido es complejo pero interesante, llegué a ser asesora del despacho.
Recuerdo que, por aquellas calendas, año 1996, Claudia Gurisatti laboraba como reportera, todavía no era presentadora ni directora. La oficina quedaba en el octavo piso y subía por las escaleras, les tenía pánico a los ascensores. Yamid Amat le había asignado la Superintendencia como una de sus fuentes. Llegaba a las entrevistas preparada, sus preguntas eran precisas y contundentes. Esto le agradaba al Superintendente quien conocía de memoria los temas de su competencia.
Nos correspondió la implementación de muchos decretos reglamentarios de la ley que creó el Sistema General de Seguridad Social y darle difusión al SOAT, que la verdad ni los hospitales le prestaban atención porque no sabían facturar esas cuentas. Se realizaron capacitaciones en todo el país con el slogan “El Soat sí sirve”. Aunque había sido creado varios años atrás, vino a ser realmente útil, tras la actualización del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero de 1993, que lo reguló integralmente.
El gobierno actual prevé reformas al seguro y tiene la meta de acabar con las EPS, que son el centro articulador del SGSSS. La pregunta de los expertos es ¿qué va a ocurrir con los 50 millones de afiliados y sobre todo con los 3 millones de pacientes crónicos? Si desaparece el sistema, el gobierno tendrá que asumir una carga para lo cual no está preparado. Las EPS cometieron errores, de 300 iniciales hoy sobreviven 30, que están respondiendo por la avalancha de afiliados debido a que la cobertura en salud en Colombia es universal. Antes de la ley 100 la gente estaba desprotegida o recibía los servicios a precios astronómicos.
Las cosas cambiaron y afiliados sometidos a procedimientos de alto costo, salen de las clínicas sin pagar un peso. Hoy podríamos hacer la campaña “Las EPS sí sirven” y evitar que nos manden al carajo nuestros servicios de salud.
