A través de una conmemoración, familiares de los comerciantes y conductores secuestrados en el Huila en el año 2003, pidieron agilizar labores en aras de poder exhumar los cuerpos de las víctimas. Lo anterior, luego de 30 años de dolor, sufrimiento, incertidumbre y angustia.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Johan Eduardo Rojas López
Dos décadas no han sido suficientes para que seis familias huilenses puedan empezar a sanar las heridas que le dejó la guerra en el país. Este 28 de enero del 2023 se conmemoró una lucha que aún continúa. Esto a través de un rosario, una eucarística y una velatón, en donde no solamente se honraron los nombres de los tres comerciantes y tres conductores, sino que, se aprovechó para volver a elevar un llamado a las entidades competentes para que apoyen las solicitudes hechas por parte de las familias víctimas.
En la iglesia de San Vicente de Paul, a través de diversas actividades, se recordó el legado de los seis hombres que aún siguen en la memoria de sus familiares por lo que ellos representaron, representan y representarán para sus vidas.
Los familiares de Reynaldo y Guillermo Cordón Herrera, José Arbelay Losada y los conductores Edward Ipuz, Camilo Casas y Jesús López, sienten que están muy cerca, pero al mismo tiempo, muy lejos de la verdad, justicia y garantías de no repetición.
Ángela Patricia Cordón Quintero, hija de Guillermo Cordón Herrera, señaló que, la conmemoración se dio tras un consenso con todas las familias de los desaparecidos dada toda la entrega que demostraron cuando estaban vivos. Igualmente, se realizó con el ánimo de brindar un homenaje a la transformación de las personas que siguen en la búsqueda, luego de dos décadas.
Esto con el objetivo de demostrar que no se han olvidado de sus familiares. “Todo el amor que les tenemos como familia es lo que hoy nos tiene exigiendo verdad, justicia y garantías de no repetición. Todas las oraciones realizadas se elevaron para materializar esa acción de búsqueda que se realiza desde hace tantos años y, además, por aquellas personas que han vivido el flagelo de la absurda guerra”, detalló.
Entre quejas y solicitudes
Esta conmemoración se hace con más fuerza luego de una importante reunión que se tuvo el año pasado con la Unidad de Búsqueda, su directora, Luz Marina Monzón, en donde se expresaron no solamente las dificultades que tienen como buscadores y buscadoras, sino que también, las posibles soluciones que podrían darle tranquilidad a cientos de familias víctimas del conflicto armado en Colombia. Mucho tiempo llevaban esperando estas familias la reunión, sin embargo, la pandemia retrasó todo y solo hasta finales del año 2022 fue un hecho.
Cordón Quintero aseguró que, “ella realmente tuvo la buena disposición de reunirse con nosotros. Se cruzó la reunión con otras organizaciones que también estaban solicitando su presencia para hacer unas solicitudes respetuosas frente a una oficina aquí en Neiva. Entonces ellos se reunieron aparte y, por edición de los familiares del caso de comerciantes y conductores del Huila la reunión se llevó a cabo en la casa de mi abuela y desde allí fijamos unos puntos claros”.
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Un camino con respuestas escasas
El encuentro permitió que Luz Marina Monzón conociera detalladamente el antes y después de la ardua búsqueda que las seis familias adelantan desde ese entonces; un camino donde las respuestas han sido escasas. No obstante, han tenido como misión, aparte de protestar también dar propuestas que permitan continuar en una lucha que cada vez está más cerca, aparentemente, de acabar.
Entre esas tantas propuestas, se encuentra la ejecución de un corredor humanitario dado que se tiene la hipótesis de la localización de los restos de sus seres queridos, pero desde hace cuatro años la Unidad de Búsqueda no ha podido ingresar a campo, toda vez que, es zona roja y no se puede garantizar la seguridad de todo el equipo que iría. Lo anterior, apelando a que el nuevo Gobierno Nacional está hablando de la paz total y dentro de esa acción entraría esta propuesta.
Fue así como el pasado 13 de diciembre, luego de una reunión con la Unidad de Búsqueda, su directora, Luz Marina Monzón, le envió una carta al alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, pidiéndole su colaboración en el caso y una entrevista directa para exponer las necesidades de la búsqueda de personas desaparecidas en el marco de la política de paz total.
“La restricción en la zona es el freno de mano que tenemos. Desde hace dos años la UBPD estableció el posible lugar de ubicación de sus cuerpos, en los llanos del Yarí, pero por la presencia de disidencias de las Farc ha sido imposible que se materialice su búsqueda. Para nosotros es muy importante recuperar sus cuerpos y darles cristiana sepultura, para liberarnos de la incertidumbre, del sosiego tan fuerte, para empezar a hacer un duelo y sanar heridas. El año pasado hubo una reunión exploratoria con las disidencias de las Farc, en donde se valoraba una posibilidad de diálogo y lo importante también es el cese al fuego bilateral”, contó la hija de uno de los desaparecidos.
¿Dónde están los restos de los cuerpos?
Según Ángela Patricia Cordón Quintero, tras la firma del acuerdo de paz en el año 2016 se documentó el caso por parte de cada uno de los familiares donde solicitaron a la Justicia Especial para la Paz la acreditación y, posterior a esto, se dio se documentó a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, quienes hacen parte del Sistema Integral para la Paz, al igual que, la comisión de la verdad.
Expresó así que, “La Unidad de Búsqueda hizo las investigaciones pertinentes frente al caso. La información aportada por parte de los firmantes de los acuerdos de paz, la información que se obtenía por nuestra parte y la comisión de víctimas del Partidos de los Comunes; luego hubo en el 2020 una audiencia en donde nos dieron a conocer las versiones voluntarias entregadas por los comparecientes y es allí donde nos enteramos las circunstancias de tiempo, modo y lugar de todos los casos”.
Esto demostraría que se esclareció la verdad, pues ya tiene claro lo que sucedió con ello y, además, que no están vivos, empero resulta importante la justicia, que consiste en que, les entreguen los restos de sus seres queridos dado que esa es la única manera que los pueden reparar.
Más cerca y más lejos
La idea es que la apertura del corredor humanitario garantice la seguridad del equipo técnico para que puedan ingresar a campo, lo que se traduce en un gesto de paz y la certeza de que realmente se quiere llegar a un acuerdo.
Bajo esta lógica, a medida que se acercan también se sienten más lejos. Esto teniendo en cuenta que hace 20 años no tenían ningún tipo de respuesta, pues había una incertidumbre cargada de un silencio abrumador. A pesar de ello, salieron adelante como familia, pero siempre cargando en sus memorias a esas personas que les arrebató la guerra y teniendo claro que no dejarían esa situación de ese calibre.
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Luego con la firma del acuerdo de paz en el año 2016, vislumbraron una luz de esperanza aquellos que han vivido el conflicto armado en carne propia dado que se dieron aporte de información importante. Sin embargo, no se sienten lejos porque a pesar de que conocen la localización de ellos y tienen cierta información, no tienen la certeza de contrarrestar lo que ellos están diciendo, lo cual, se lograría con la exhumación.
“Yo quiero aclarar que no deseo criticar la gestión de ninguna entidad, sino que, se pueda llevar a cabo ese corredor humanitario pegado al respeto de los derechos humanos y derecho internacional humanitario. Ahora solo esperamos que el gobierno nacional lidere estas acciones humanitarias que se deben solicitar a las disidencias de las Farc. Somos simpatizantes del nuevo gobierno, le apostamos al cambio, hemos visto que se ha avanzado en estas fases exploratorias con las disidencias de las Farc, lo cual, nos dio más esperanza, ánimo y motivación”, determinó.
Dejó claro entonces que, para lograr el proceso de paz se necesita de un diálogo amplio, abierto y, además, la dispersión de todas las intuiciones para transformar esa violencia en esas posibilidades.
La tristeza sigue intacta
Yamire Ipuz Rojas, familiar de Edward Ipuz, dijo que, la situación es muy triste porque ha pasado mucho tiempo y no se ha tenido mayor información de los desaparecidos. “Nosotros estamos esperando que las entidades nos den un mensaje favorable para poder nosotros tener una fecha esperada para recibir los restos y de todas maneras que se adelante todos los trámites para que haya entrega luego de 20 años”, manifestó.
Consuelo Cordón Herrera, hermana de Reynaldo y Guillermo Cordón Herrera, por su parte, afirmó que, se cumplieron 20 años de sufrimiento, dolor, angustia, pero con mucha fe y fortaleza dado que se está haciendo lo pertinente para encontrar los restos.
20 años atrás
Los hechos se remontan al año 2003, específicamente al 20 de enero donde Arbelay Losada Montenegro, cuñado de los hermanos Cordón Herrera, se fue a entregar mercancía a Macarena y al Caquetá en las tiendas y allí fue secuestrado junto a los tres conductores Edward Ipuz, Camilo Casas y Jesús López. Nada se supo durante esos días, pues el silencio fue total. Posteriormente, Reynaldo Cordón Herrera, también fue retenido en San Vicente del Caguán, a donde iba a comercializar productos de grano en las tiendas rurales.
Su presencia en la zona generó malestar dado que se pensó que sería informante de la fuerza pública o tenía algún interés allá. Debido a esta situación, Guillermo Cordón Herrera, en la desesperación decide ir a buscarlos con el objetivo de pagar liberación. Él logró contactarse con un comandante de esa zona, sin embargo, le tendieron una trampa y desde ahí no se volvió a saber nada él.
Las autoridades no indagaron a profundidad y, claramente, las familias nunca se atrevieron a preguntar por temor a que les pasara algo. Desde allí cargan este dolor encima, aclarando que, desde antes de ese lamentable 2003 ya venían siendo amenazados y estaban en la mira porque debían pagar ‘la vacuna’ por el éxito comercial que tenían.