Más allá de su labor de patrullaje, estos dos uniformados se convierten en payasos para llevar alegría y sonrisas a niños, niñas y adolescentes en las comunas de la ciudad.
En un esfuerzo por construir puentes entre la seguridad y la felicidad, dos policías neivanos, los Patrulleros Ricardo Cuellar y Ronal Zuñiga, han adoptado un enfoque único en su servicio a la comunidad.
El Patrullero Ricardo Orlando Cuellar Soto, de 30 años, perteneciente al Grupo de Diálogo y Mantenimiento del Orden (GUDMO), ha dedicado 10 años de su vida al servicio policial. Nacido en Neiva, este técnico profesional en servicio de policía y operador de sistemas aéreos remotamente tripulados ha recibido 78 felicitaciones y 5 condecoraciones a lo largo de su carrera. Su iniciativa de convertirse en payaso, apodado «Tuerquita», surgió como una manera de acercarse a la comunidad y cambiar la percepción sobre la policía. Realiza actividades en fundaciones, colegios y juntas de vecinos con el propósito de mostrar que detrás del uniforme hay un servidor comunitario.
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El Patrullero Ronal Fernando Zúñiga García, neivano de 29 años, ha dedicado 7 años de su vida a la institución policial. Egresado de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez en Manizales, este técnico en perforación de pozos de petróleo y actual estudiante de Administración en Salud Ocupacional descubrió su habilidad para hacer reír a los demás desde joven. Conocido como «Carcajadas», Zúñiga lleva risas a la ciudad de Neiva con shows de títeres, pintura facial, figuras con globos y magia, incluso cuando está fuera de servicio.
Ambos policías comparten el amor por servir, ayudar y participar en obras sociales. Su dedicación va más allá del deber, utilizando sus talentos únicos para llegar a la comunidad y difundir la felicidad en cada rincón de Neiva. Estos dos protectores de seguridad y sonrisas demuestran que la policía puede ser una fuerza positiva, dejando una huella positiva en la ciudad y llevando alegría a quienes más lo necesitan.
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