Por: Harold Salamanca
Para la vigencia 2022, según información reportada en la página web del Ministerio de Salud de Colombia, el gobierno nacional destinará $41,9 billones de pesos, para atender la salud de 48 millones de personas. Lo paradójico de esta información, es que a pesar de la importante inversión que ejecuta el estado, ninguno de los actores del sistema de salud esta conforme. Se quejan los pacientes, por las demoras en los tratamientos y entrega de medicamentos, se quejan las clínicas y hospitales por las deudas acumuladas de la EPS, se quejan el personal de salud por la demora en los pagos y la inestabilidad laboral, se quejan las EPS por las altas tarifas de los servicios que facturan clínicas y hospitales.
En un sistema donde el Estado hace un gran esfuerzo financiero, hay recurso humano idóneo, existe una disponibilidad de red que cubre buena parte de la demanda, hay suficiente legislación, todos manifiestan voluntad de hacer su mejor esfuerzo, pero nadie esta conforme, algo esta pasando. Para sanar el sistema de salud de una buena vez y no seguir aplicando pañitos de agua tibia, se hace necesario abordar temas espinosos a los que los gobiernos le huyen, por que se pisan muchos cayos. El primero y más importante, es la consolidación de una cultura del autocuidado, somos responsables de nuestro cuerpo.
Luego, hay que fortalecer los primeros niveles de atención, exigirles capacidad resolutiva, y acabar con el proteccionismo de la obligatoriedad de la contratación de sus servicios por parte de la EPS del régimen subsidiado, que no los deja progresar, en resumen, ponerlos a competir en franca lid con los prestadores privados. En esta competencia ganamos los usuarios. También se requiere la expedición de un manual tarifario de procedimientos e insumos, que le ponga techo a las tarifas que ofertan clínicas y hospitales, sin desconocer la realidad de la disponibilidad y accesibilidad a los servicios que se viva en cada región.
Luego de una selección, las mejores EPS deben centrar sus esfuerzos en la gestión del riesgo en salud, en la caracterización de su población y el conocimiento de la realidad en salud que viven sus afiliados, garantizando una adecuada prevención, el suministro de medicamentos y el acceso oportuno al tratamiento de la enfermedad. En resumen, hay una gran oportunidad de mejora que exige de la participación y el compromiso de todos los actores del sistema de salud para hacerlo sostenible.
