El Papa Francisco fue dado de alta del Hospital Universitario A. Gemelli después de su breve ingreso por problemas respiratorios.
A su salida del hospital, el Pontífice sorprendió a los presentes al bajarse del coche para saludar y bendecir a la multitud congregada en el exterior. Pero lo que más impactó fue el emotivo momento en el que el Papa abrazó a una pareja que había perdido a su hija la noche anterior, deteniéndose a rezar con ellos en un acto de compasión y solidaridad.
Después, el Papa se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, donde se detuvo a rezar ante el icono de María, Salus Populi Romani, encomendando en la oración a los niños que encontró en el ala de Oncología Pediátrica y Neurocirugía Infantil del hospital, a todos los enfermos y a los que sufren enfermedades y la pérdida de seres queridos.
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Al hablar con algunos periodistas presentes en el hospital, el Papa Francisco elogió al personal médico y sanitario que le había atendido y agradeció su heroísmo y ternura en el cuidado de los pacientes. «Ser médico, ayudar al personal, limpiar, en el hospital se necesita heroísmo y mucha ternura con los enfermos. Los pacientes son volubles, todos, la volubilidad es algo que viene con la enfermedad. Se necesita paciencia… Admiro mucho a la gente que trabaja en el hospital, ayer estuve con los niños y vi con qué ternura cuidaban de ellos», dijo el Pontífice.
El Papa Francisco confirmó que asistirá a la misa del Domingo de Ramos y el Ángelus en la plaza de San Pedro el domingo por la mañana, y se mostró agradecido por las oraciones y buenos deseos que había recibido durante su estancia en el hospital.
Con información de VaticanNews