Esta decisión se basa en una evaluación integral de los parámetros monitoreados por la entidad, que indica que el volcán ha entrado en un periodo de menor inestabilidad y permite regresar al nivel de actividad Amarillo.
Si bien el volcán continúa siendo inestable, en las últimas semanas se ha observado una disminución en los cambios drásticos de los parámetros evaluados, presentando fluctuaciones menores. Esto ha llevado a una notable disminución en la probabilidad de una erupción mayor en los próximos días o semanas, en comparación con los once años anteriores.
El director técnico de geoamenazas del SGC, John Makario Londoño, hizo una analogía para explicar la situación: «El Ruiz se encuentra como un paciente que lleva muchos días en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que ha empezado a estabilizarse y que, por esa razón, es trasladado a una habitación con toda la precaución del caso. No obstante, así como el paciente que ahora está en habitación puede empeorar y volver a la UCI, la actividad del volcán Nevado del Ruiz puede incrementar de manera importante y repentina, lo que aumentaría la probabilidad de que haga una erupción considerable y nos obligaría a volver a nivel Naranja para prevenir al máximo los impactos de una eventual erupción. Estos fenómenos naturales no son predecibles y, por lo tanto, la clave está en mantenernos preparados y atentos a la evolución de la actividad del volcán».
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Desde el 24 de marzo, se ha observado un incremento significativo en la actividad sísmica en el sector suroccidental del volcán. Esto, sumado al aumento en las anomalías térmicas desde octubre de 2022 y las emisiones recurrentes de ceniza, llevó a que el nivel de actividad se cambiara a Naranja el 30 de marzo. El objetivo de este cambio fue activar todos los planes y acciones preventivas para evitar los impactos de una erupción considerable, recordando la tragedia de Armero en 1985, donde 25 mil personas fallecieron principalmente a causa de los lahares o flujos de lodo generados por el volcán.
Julio Fierro Morales, director general del SGC, enfatizó que la actividad volcánica no se puede predecir, y aunque el volcán regresa al nivel de actividad Amarillo, siempre existe la posibilidad de una erupción en cualquier momento. Por lo tanto, se recomienda seguir atentamente su evolución y estar preparados para un eventual cambio a nivel Naranja o incluso Rojo, que indicaría una erupción inminente o en curso.
