La Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá, a través de un fallo, determinó que la Iglesia Católica debe realizar un acto de disculpa pública hacia dos hermanos. Estos, víctimas de abuso sexual, físico y psicológico, por parte de un sacerdote miembro de la congregación Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José. Este clérigo, con conexiones directas al Obispado Castrense de Colombia, abusó de su posición y confianza para perpetrar sus crímenes. Sin embargo, la Iglesia se ha negado a cumplir con esta decisión judicial, poniendo en relieve la tensión entre la justicia y las instituciones religiosas.
El abuso fue realizado por el hombre que ocupaba el cargo de rector, aprovechando la vulnerabilidad de las víctimas. No contento con abusar de ellos, también los sometió a violencia psicológica para asegurarse de su silencio, indica la investigación.
Tras años de lucha judicial, los hermanos lograron que se sentara un precedente respecto al tratamiento de casos de abuso dentro de la Iglesia. La decisión destaca por ser la primera vez que se obliga a una institución como la Iglesia Católica a reconocer públicamente sus errores.
De acuerdo con un medio de comunicación nacional, el caso tuvo especial relevancia porque marcó un punto de inflexión en cómo se responsabiliza a la Iglesia Católica de los actos de pederastia. La Corte Constitucional de Colombia ha establecido parámetros claros para evitar la revictimización de los denunciantes, prohibiendo revelar detalles que puedan identificar a las víctimas. La Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá, siguiendo estos lineamientos, ha manejado con cuidado la información del caso, asegurando el anonimato de los afectados.
Le puede interesar: Neiva se prepara para enfrentar el Fenómeno de La Niña
Por lo tanto, el Tribunal Superior dictaminó que el Obispado de Colombia y la Congregación Religiosa Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José. Conocida por tener sedes en numerosos países de América Latina, deben adoptar medidas reparadoras hacia dos víctimas de abuso por parte de un sacerdote. Este fallo de segunda instancia exige acciones administrativas y simbólicas para enmendar los daños causados a los denunciantes, que sufrieron abusos en su niñez. Los hermanos fueron víctimas en distintos lugares del país, en Carepa, Antioquia, y en la sede militar de Tolemaida, Cundinamarca.
La resolución judicial ordena un reconocimiento público del daño a la confianza depositada en la institución religiosa por los creyentes.
“Este fallo representa un reconocimiento al sentir y querer de las víctimas”, señaló el Tribunal, destacando la importancia de ofrecer a las víctimas el apoyo.
Los demandantes enfrentaron múltiples desafíos, incluyendo actos de revictimización por parte de la contraparte. La cual intentó prolongar el proceso mediante nulidades, reparaciones, recusaciones, tal como se documentó en una queja ante la Comisión de Disciplina Judicial.
El sacerdote implicado, que había ganado la confianza de las familias de las víctimas, abusó de los hermanos en distintos momentos. La sentencia del Tribunal Superior corrige ese “craso error”, marcando un antes y un después en cómo la justicia colombiana aborda estos casos.
Finalmente, la investigación indica que el Obispado Castrense de Colombia, junto con la Congregación Religiosa implicada, han manifestado su decisión de no acatar un fallo judicial que les fue adverso. Aunque la decisión ya ha sido notificada, ambas entidades sostienen que aún queda una instancia extraordinaria ante la Corte Suprema de Justicia. Lo cual ha abierto la posibilidad de que el asunto llegue al despacho del Papa Francisco en el Vaticano para su revisión.
Puede leer: ¿Dónde están los estudiantes en Neiva?
