A través de una acción pública por la Búsqueda de Personas Dadas Por Desaparecidas, hoy se rinde homenaje a todas las personas que fueron dadas por desaparecidas en el departamento del Huila. Son 250 familias las que esperan respuesta sobre el paradero de sus seres cercanos.
DIARIO DEL HUILA, REGIONAL
Por: Angélica Tatiana Andrade Quimbaya
De acuerdo con los reportes del Centro Nacional de Memoria Histórica, se establece que, en Colombia, aproximadamente 80.000 personas han sido víctimas de desaparición forzada, acto que se considera un tipo de violencia que genera terror, tristeza, extensa angustia, alteración en la vida de las familias y las comunidades, afectando la tranquilidad, el bienestar y el desarrollo de las poblaciones.
Es de señalar que, desde hace cerca de 10 años, los indicadores correspondientes a la desaparición forzada en Colombia estaban a cargo de varias instituciones y organizaciones sociales sin que se consolidara con exactitud. Es solo hasta el año 2016 que se dio a conocer el informe “Hasta encontrarlos: El drama de la desaparición forzada en Colombia”, en el que se mostró que entre 1970 y 2015 se reconoció la desaparición forzada de 60.630 personas, cifra que en agosto de 2018 llegó a 80.000 tras el trabajo mancomunado con las organizaciones defensoras de derechos humanos y las comunidades que se encargaron de investigar, llegar a las poblaciones y recopilar información.
Desaparición forzada en el Huila
Tras la articulación entre organizaciones que han apoyado los esfuerzos permanentes por hacer valer el derecho a la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, la Red de Buscadoras y Buscadores del Sur, colectividad de la que hacen parte familias de 20 municipios del Huila, le comparten hoy a la sociedad los detalles del proceso que han vivido, le entregarán oficialmente a la nueva dirección de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas Por Desaparecidas, UBPD, los 250 casos de desaparición forzada del departamento y le rendirán un homenaje a quienes han sido afectados por la pugna política y armada que ha padecido el país durante décadas.
Al respecto, la directora de la corporación Plataforma Sur de Procesos y Organizaciones Sociales, Belén Alarcón Alarcón, habló con Diario del Huila sobre el avance e impacto relacionado al trabajo que se viene ejecutando desde el año 2014, cuyo fin es identificar los casos de desaparición forzada en la región surcolombiana, defender y exigir el cumplimiento de derechos humanos y contribuir con la formación de la ciudadanía para alcanzar una participación social y política acorde con el contexto y la realidad.
“En esa gestión, uno de los temas trabajados es el acompañamiento de las víctimas, especialmente por la desaparición forzada en el departamento del Huila que, entre otras cosas, es un fenómeno del que realmente se ha desconocido su existencia, impacto e inmenso de dolor que deja. No ha habido una voluntad política por mostrar lo que significa este fenómeno en el departamento que, por cierto, es uno de los pilares de la Justicia Transicional”.
Ante lo descrito, la defensora de derechos humanos, Belén Alarcón, agregó que, debido a la baja incidencia que el tema ha tenido en la región, no se incluyó al Huila en la representación de la institucionalidad, a diferencia de departamentos como Tolima y Caquetá, siendo la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas Por Desaparecidas, UBPD, de dichas zonas la que se ha encargado de los casos y las organizaciones que, con el apoyo y cooperación de organismos internacionales, han cumplido con la labor desde lo humanitario.
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“Venimos avanzando y acompañando un proceso de búsqueda, de conformación y fortalecimiento de lo que hemos llamado la Red Surcolombiana de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas que en este momento aglutina 250 familias que están buscando a sus personas desaparecidas. La Unidad de Búsqueda de Personas dice que en el departamento del Huila hay 1.200 personas dadas por desaparecidas, pero sabemos que ese es un subregistro y nosotros como organización vamos a hacer hoy en la Plaza de Banderas, la entrega oficial de esos 250 casos a la unidad de búsqueda del orden nacional de donde nos acompañará un delegado”.
Entre los 20 municipios a los que pertenecen las 250 familias están Colombia, Tello, Baraya, Neiva rural, Algeciras, Campoalegre, La Plata, Palestina, Oporapa, San Agustín y Pitalito, en donde las desapariciones se han dado en el marco del conflicto armado y el patrón común, según explica Alarcón es: “la mayoría de las personas dadas por desaparecidas en el departamento son campesinos, varones y son jóvenes. Son personas que han desaparecido por causa de esta guerra tan dura y esto significa que el impacto social y económico es grande, es una situación que merece y exige la atención de todos”.
En cuanto a las metodologías, Alarcón describe que la socialización y el relato entre los integrantes ha sido fundamental puesto que las familias no se atrevían a hablar de sus casos debido al miedo, que fue con la firma del Acuerdo de Paz que empezaron a tocar el tema de una forma más abierta y que fueron las redes de apoyo las que a través de la confianza han permitido ingresar fácilmente a las comunidades.
Historia
Yaneth Bermúdez es habitante del municipio de Algeciras y es una de las 250 víctimas que hace parte del proceso de búsqueda de desaparecidos, pues ella, entre lágrimas y nostalgia, pero llena de ímpetu, le contó a Diario del Huila que desde el 2 de noviembre del 2008 desconoce el paradero de su hijo quien, para la fecha, se encontraba recolectando café en una finca ubicada en la vereda Santana Ramos. Para la época, él tenía 19 años y se dedicaba a este trabajo para contribuir con los gastos de la familia.
“A él lo desapareció la Teófilo Forero, se lo llevaron de la finca y hasta el momento, hasta el día de hoy, no tengo noticias sobre qué ha pasado con mi hijo. Varias personas me han dicho que a él lo mataron y lo echaron al río porque la guerrilla pensaba que era colaborador del ejército, pero en sí, no he recuperado el cuerpo de él ni nada”.
Frente a lo sucedido, Yaneth comenta que ha estado en varias instituciones y a Plataforma Sur llegó luego de una reunión que la organización realizó en el municipio donde habita, ella continuaba tocando las puertas que le permitieran acercarse a la verdad sobre la situación, estado y desenlace de su hijo. Actualmente espera que el gobierno nacional escuche, reconozca y tenga presente su caso y el de todas las familias que aún esperan saber sobre el paradero de sus seres queridos.
“También esperamos que el gobierno nos ayude a encontrar los cuerpos o los restos de ellos, eso es lo que queremos y esperamos, que nos ponga atención porque nos hemos sentido abandonadas, estamos a la deriva y necesitamos que nos brinde el apoyo para encontrar a nuestros seres queridos”, dijo la señora Bermúdez quien agregó que en enero de 2009 viajó a Bogotá para declarar detalles del caso. En su momento, las autoridades asignaron a los investigadores que entregaron como resultado el no hallazgo y es esta la razón por la que mantiene la esperanza en las organizaciones como Plataforma Sur, la Red de Buscadoras y Buscadores del Sur, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y Tras las Huellas de la Vida, entre otras.
Entre llanto, Yaneth manifestó recordar todo sobre su hijo, su forma de ser, su ternura, su cariño, su amor con las dos hermanas, además de extrañar su sonrisa y poder acompañarlo a cumplir sus ilusiones, reiterando que son 14 años sin saber de él, sin recibir un abrazo. 14 años de espera que se hace infinita al terminar cada día añorando su llegada.
Perdón
Por su parte, en lo que refiere al derecho que tienen todas las víctimas y la comunidad en general a que se termine el abuso, a que los transgresores sean reconocidos, juzgados y condenados por los actos delictivos, pero también que cuenten toda la verdad como parte del proceso que hace parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, creado por el Acuerdo de Paz entre el Gobierno Nacional y las Farc-EP, Yaneth está convencida de que el perdón es fundamental para sanar las heridas que les ha dejado el conflicto armado.
“A través de todos estos talleres en los que hemos participado, lo único en lo que menos pensamos es en la venganza y el dolor, en estos talleres los profesionales de las organizaciones nos han ayudado a entender que eso no nos lleva a nada y lo único que quiero es que mi hijo aparezca vivo o muerto, como sea, pero que aparezca. Yo, en particular, solo quiero que aparezca, yo no quiero tener más angustia en mi corazón, esto ha sido muy duro y el odio y el rencor ya se van superando, eso ya pasa a un último plano. Nosotras hemos sacado el dolor que teníamos y esto nos ha servido para perdonar y claro que SÍ, ESTAMOS DISPUESTAS A PERDONAR, solamente queremos saber dónde están nuestros familiares y terminar con este proceso, somos miles de familias que están esperando lo mismo que yo y necesitamos que el gobierno nos escuche”, culminó Yaneth Bermúdez.
La espera
Finalmente, Belén Alarcón concluye con una descripción de lo que significa esta forma de violencia:
“Se trata de una mamá que todos los días se acuesta pensando que, a cualquier momento, su hijo va a tocar la puerta y lo va a poder abrazar.
Tenemos el caso de un señor que nos dice que nunca ha cambiado su número celular porque espera una llamada de su hijo que desapareció hace 20 años, él dice ´yo sé que él un día me va a llamar y todavía voy a tener el mismo número telefónico´.
Esa es una herida abierta. Es un dolor eterno que no se puede llenar fácilmente, a diferencia de la persona que ha fallecido y se le hace un funeral. Cuando no tenemos la posibilidad de enterrar o de saber qué ha pasado con un padre o un hijo, se espera eternamente, siempre se sigue esperando. Es la madre que guarda su cena de navidad porque espera que su hijo llegue.
Es la novia que sigue esperando a su novio con el cual ha de hacer realidad su felicidad y compañía. Es de verdad una sociedad que sigue creciendo en medio de la desilusión, la esperanza y el dolor.
Por eso necesitamos como comunidad sanar esos dolores, encontrar la verdad de qué es lo que ha sucedido para poder restituir la confianza que se ha perdido y así construir un país en paz”.