Por: Carlos Tobar
En mí ya larga vida política (voté por primera vez en las elecciones de mitaca de 1972), siempre he tenido por norma votar para elegir alguien que represente mis intereses. Por eso nunca he votado ‘contra’ nadie.
Votar ‘contra’ para, por ejemplo elegir al menos malo, es en la práctica renunciar al derecho a delegar en una persona la representación que el sistema político nos da.
Colombia es por definición constitucional una república democrática. ¿Qué quiere decir esto? Una república es una organización social donde los cargos de representación son elegidos directamente por el pueblo. De esa manera, elegimos ediles, concejales, diputados, alcaldes, gobernadores y presidente.
Y el método de elección es la democracia que, es el juego de las mayorías y las minorías, donde dependiendo de la fuerza electoral se elige a los que nos representan.
En las personas elegidas delegamos nuestro fuero personal como ciudadanos para decidir sobre todos los asuntos de interés de la sociedad a la que pertenecemos. ¡No es cualquier delegación! Que nos gobiernen bien significa que las necesidades individuales y colectivas serán atendidas, siempre pensando en el bien común. Que nos gobiernen mal es todo lo contrario: la corrupción buscando el beneficio personal y de la camarilla de amigotes del “mandatario”.
La exigencia que la ciudadanía debe hacer a los funcionarios públicos elegidos es que cumplan con los compromisos adquiridos cuando se hicieron elegir. Es decir, que asuman sus responsabilidades ante los electores.
Cuando en las elecciones (y por eso se llaman elecciones) no hay alternativa válida para el elector, la constitución y la ley establecieron el voto en blanco. Que es la opción de desaprobar las opciones presentadas. Esta es una posición coherente con el pensamiento independiente de cada ciudadano, mucho mejor que votar por “el menos malo”.
En mi vida política he ejercido este derecho en varias oportunidades, sobre todo en elecciones presidenciales cuando los candidatos no llenan mis expectativas y no considero que me puedan representar, ni representar los intereses de las mayorías.
Es el caso de la elección del actual presidente, uno de los más malos en la historia reciente del país. Y, tal vez nos estamos acercando a una situación similar en la próxima elección presidencial. Ojalá me equivoque.
