De acuerdo con los Manuales MSD sobre la salud, la piel es el órgano más grande del cuerpo, este es el encargado de diversas funciones, todas fundamentales para el buen estado de salud. Entre ellas se encuentra la protección del cuerpo frente a las lesiones, la regulación de la temperatura corporal, conservar el equilibrio hidroeléctrico, así como la absorción de vitamina D. La piel también desempeña un rol importante para el desarrollo de la vida del ser humano, ya que a través de esta el cuerpo puede sentir los estímulos dolorosos y agradables.
Entre tanto, como explican los expertos del Instituto Nacional del Envejecimiento, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, la piel es uno de los órganos más susceptibles a transformarse conforme pasa el tiempo. Con la edad, señalan, la piel se pone más delgada, pierde grasa, elasticidad y firmeza; asimismo, las venas y los huesos tienden a verse más pronunciados.
No obstante, con el envejecimiento, la dermis suele tardar más en recuperarse de los rasguños, los cortes o los golpes. Además, indica el instituto, la piel empieza a mostrar los efectos de la exposición al sol y el envejecimiento natural, como las manchas, las arrugas, la resequedad, inclusive el cáncer.
Finalmente, lo anterior implica que es esencial empezar a cuidar la piel desde una edad temprana, para prevenir las consecuencias que se pueden notar en el largo plazo. En muchas ocasiones, es más sencillo proteger la piel desde la juventud que tratar las arrugas y manchas durante la adultez mayor. Según indican los especialistas del blog sobre salud de Bio-Oil, no existe una edad precisa en la cual se deben iniciar los cuidados de la piel.