Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos dijo que hay solo dos cosas que están garantizadas en la vida: la muerte y los impuestos. Curiosamente, para Colombia hoy están más ligadas que nunca y no lo digo por el nuevo impuesto al servicio funerario sino por lo que pudiera desencadenar.
Los impuestos son aportes obligatorios cuyo incumplimiento es penado por ley, pero que a lo largo de la historia ha traído algunas consecuencias graves si su aplicación no es a la medida justa y equitativa. Algunos tuvieron tanto impacto que incluso provocaron guerras. Quizás el caso más recordado en la historia del mundo fue el impuesto sobre el té y otros bienes que llevó a los colonos en Estados Unidos a rebelarse contra la corona británica, dando inicio a la guerra de independencia en ese país.
Ahora que escribo mi primer libro “Los Desafíos del Petróleo: Una Visión Más Allá», me pone a pensar en aquellas producciones literarias, artísticas y científicas, que deberán pagar un impuesto del 20% de su producido que se haga desde fuera de Colombia que, según el artículo 57 de esta mal elaborada Reforma Tributaria deberá pagarse al estado colombiano. Esto hará que posiblemente muchos colombianos que tengan doble nacionalidad comiencen a pensar seriamente en cancelar la colombiana.
Diana Trujillo científica que trabaja para la misión Curiosity de la NASA y quien diseñó el brazo robótico rover Perseverance, de acuerdo a este artículo, deberá pagar el 20% al gobierno Colombiano por el total de las ganancias obtenidas de este proyecto.
Otro caso, Jorge Celedón, artista reconocido quien se acogió recientemente a la ley de quiebras 1116, deberá adicionarle a sus acreencias financieras el 20% de sus ganancias obtenidas en los eventos internacionales. Literalmente es así.
Esta reforma está siendo muy fuerte para la cultura, el arte y la ciencia, pero extrañamente empresas como FEDEGAN que según el DANE para el 2020 tuvieron en solo exportaciones la suma de 267 millones de dólares y a quienes no se les aplicará sobretasa (art. 35 de la Reforma presentada), siendo uno de los sectores de mayor impacto ambiental. Recordemos que la ganadería afecta el cambio climático, ya que las actividades ganaderas emiten cantidades considerables de gases invernadero, dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. La población bovina en Colombia es de 28,3 millones de cabezas de ganado con una mayor concentración en el departamento de Antioquia (11,3%) distribuidos en 655.661 predios siendo el departamento de Boyacá con el mayor número del 14,4% (fuente: ICA, 2020).
Países como Dinamarca, se cobra un impuesto de 110 dólares por cada bovino debido a la famosa ley “de las flatulencias de las vacas” por su contenido de metano. ¿Por qué en Colombina no?
