Luego de un diagnóstico realizado, se identificaron modelos tecnológicos que permitieran al sector ladrillero, poder seguir desarrollando esta actividad. Eso implicó hacer un ejercicio de recambio tecnológico, y en el 2015 se realizó un inventario de ladrilleras en Colombia, donde identificaron 1.500 empresas y el 70% eran sociedades artesanales con hornos deficientes.
El proyecto piloto, se inició en el municipio de Pitalito, donde se implementó el horno de cámaras continuas, que permitía el cumplimiento ambiental y mejoraba las condiciones de producción y competitividad de los operarios.
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Transición de energía y producción
En este aspecto, Víctor Andrés García, director de Energía Sostenible de la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM), filial de la Cámara de Comercio de Bogotá, dijo: “en Pitalito, hace diez años, se viene presentando un proceso de transformación tecnológica del sector ladrillero. Ya la Asociación de ladrilleros de Pitalito-Huila (Asolapih), hizo un ejercicio de formalización de la actividad extractiva, y cuentan con título minero y licencia ambiental. Eso es un trabajo que hizo la asociación, y de manera paralela, se trabajó en la identificación de modelos tecnológicos que permitiera desarrollar la actividad”.
En el año 2015, la entidad hizo un inventario de ladrilleras en Colombia, donde identificaron a 1.500, 2.600 hornos y el 70% eran empresas artesanales, cuyos hornos eran muy deficientes.
A partir de este diagnóstico con acompañamiento de Cooperación Suiza, hicieron un ejercicio de hornos que permitieran al sector desarrollar la actividad, cumpliendo la normatividad ambiental, la de reducción de contaminación atmosférica.
El proyecto piloto en Pitalito
“En este orden de ideas, se hizo el plan de recambio en el Huila, donde se validó el proyecto piloto de cámaras continuas, donde en el Valle de Laboyos, uno de los empresarios, decidió estructurar este horno que permitía el cumplimiento ambiental y mejoraba las condiciones de producción y competitividad de los operarios”, agregó Víctor García.
Al ver los resultados obtenidos por la empresa, otras ladrilleras viendo los resultados exitosos, se fueron acogiendo a ese modelo de horno. Sustituyeron los artesanales por el tecnológico, lo que permitió una reducción de contaminación atmosférica de un 35% en el municipio de Pitalito.
Para el director, este es un caso celebre a nivel nacional, lo que sucedió en tema de reconversión tecnológica en el Valle de Laboyos.
Sin embargo, este modelo a seguir, espera ser implementado en municipios como Campoalegre, en Hobo y en otros sectores de la economía.
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El modelo tecnológico es brasilero
La Corporación Suiza, colocó en su momento 500 mil dólares, pero la gran inversión fue ejecutada por el empresario, y desde Caem, brindaron la asesoría técnica, colocaron a disposición expertos en temas de construcción de hornos y obras civiles.
Una vez ya validado el proyecto, implementaron el plan tecnológico de origen brasilero, y en este país latinoamericano, utilizan biomasa y en el Huila, aún se usa el carbón, que obligó a hacerle cambios a la infraestructura.
Un horno con este tipo de tecnología, puede llegar a tener un costo entre $400 y $500 millones. “Muchos empresarios no se atreven a realizar estas inversiones, prefieren utilizar estas herramientas artesanales, así les consuma el triple de carbón, y los márgenes de utilidad son muy bajos, porque la inversión es alta”, agregó el funcionario.
Segundo horno construido
Ya en los años 2020 y 2021, otro empresario optó por hacer la inversión y cambiar su modelo de producción. El negociante, le daba cierto temor, argumentando que todavía el modelo de horno, tenía falencias.
“Le colocamos a disposición un ingeniero químico, quien hizo el análisis de arcilla, le ayudaron con recursos por $100 millones y hoy en día la máquina funciona muy bien. Lo que llevó a otros ‘ladrilleros’ a reafirmar la confianza, a realizar el recambio tecnológico”, indicó el vocero de Caem.
En cuanto a la rentabilidad el fogón pampa (artesanal), este consume entre 120 y 140 kilogramos de carbón por tonelada de arcilla cocida, es decir para cocinar una tonelada de ladrillo, se necesitan 140 kilos y con el modelo brasilero, utilizan entre 60 y 80 kilos de carbón, la mitad. Y a $300 o $400 mil que cuesta la tonelada, el ahorro energético es abismal, y la idea es que el dinero que se ahorra se invierta en tecnología.
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Calidad del aire en Colombia
En este sentido y en su compromiso por mejorar la calidad del aire en el país, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo del programa de cooperación suiza CALAC+, midieron la contaminación del aire que ocasiona la maquinaría amarilla, utilizada en los diferentes frentes de obra en Bogotá y Medellín.
“Somos conscientes del impacto que tiene la maquinaria amarilla y por eso lanzamos esta iniciativa en las principales ciudades del país. Los resultados nos llevarán a tomar medidas para mejorar la maquinaria amarilla y el combustible que usan y así prevenir afectaciones en la calidad del aire y en la salud de la gente”, puntualizó Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
La iniciativa busca establecer una línea base de emisiones, con la cual se podrá hacer un seguimiento y control a estas fuentes de emisión que operan al interior de las ciudades. Se estima que el 90% de la maquinaria que opera en las ciudades, utiliza combustible diésel, conforme a los datos reportados en el inventario publicado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en 2022. Estas emisiones han sido catalogadas desde 2012 como cancerígenas por la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).
La construcción y contaminación
En este sentido, el sector de la construcción es el que más contribuye en las emisiones contaminantes, dependiendo del contaminante, esta industria aporta entre el 67% y el 75% de las emisiones de la flota.
Y según Valora Analitik, en el panorama actual en el que nos encontramos el cambio climático cada vez se agudiza más y, en este caso, la calidad del aire que respiramos es peor al transcurrir el tiempo, dado que nuestro oxígeno se enfrenta a una creciente amenaza: vehículos, combustibles fósiles, minería e incendios ascienden la toxicidad en el ambiente.
Sin ir más lejos, el último informe sobre el ranking de las naciones con altos niveles de contaminación ambiental, elaborado por IQAir junto a Greenpeace, señala que de 2021 a 2022, el indicador de calidad del aire aumentó en varios países como Perú, Chile, México, Guatemala, El Salvador, Brasil, Uruguay, Honduras y Panamá.
En el caso de Colombia, este ocupa el puesto 63 entre los 131 países estudiados, donde el indicador se elevó de 14,1 μg/m3 a 15,5 μg/m3 en dichos años.
La información científica sobre los efectos de la contaminación del aire en la salud es concluyente. Para el Banco Mundial y la Comisión Lancet sobre contaminación y salud, la polución del aire genera casi 9 millones de muertes prematuras al año, lo que representa alrededor del 16 % de todos los fallecimientos en el mundo.