Hoy en Colombia tenemos una reforma tributaria que será retirada del trámite que estaba surtiendo en el congreso, porque hubo serios reparos de parte de la ciudadanía, por la alta responsabilidad fiscal descargada en las personas naturales, la extensión de la base del IVA a gran cantidad de productos y servicios que impactarían de forma directa la canasta familiar, entre otros. Es evidente el déficit fiscal que vive el país, pero la realidad social y financiera desatada por el COVID, muestra que ni las empresas y mucho menos los ciudadanos estamos en condiciones de pagar más impuestos.
Es aquí donde se plantea entre los grandes economistas la pregunta, ¿por qué castigar a los ciudadanos con una reforma tributaria? y ¿Por qué no acudir al banco central para sortear esta crisis?. Lo primero que hay que aclarar en esta coyuntura fiscal, es que se han juntado razones estructurales y razones extraordinarias, las estructurales que se han venido presentando de vieja data, que tienen que ver con un recaudo fiscal insuficiente frente a lo que ha venido demandando el estado para cubrir sus gastos, y el país para solventar sus necesidades de educación, salud, infraestructura, etc. Las razones extraordinarias que son imprevistas como consecuencia de la pandemia, que afectó de forma grave la economía y obligó al gobierno a incrementar el gasto público vía subsidios a personas y empresas.
En la economía clásica no se ve con buenos ojos que se recurra a solicitar préstamos a los bancos centrales para sortear estas crisis, porque se argumenta que esta intervención causaría una inflación desbordada, regla que desvirtúan los economistas modernos afirmando que hoy existen tantos y tan veloces medios de pago, que no se puede afirmar que la velocidad del dinero y la oferta es constante.
Ante la crisis fiscal que afecta al mundo y en procura de una recuperación económica, varios países alrededor del mundo, han acudido a préstamos de sus bancos centrales, para contenerla y gestionarla. Hoy Colombia es de los pocos países del planeta que no ha recurrido a esta posibilidad cierta. Pero, ¿por qué no estudiarla? ¿Por qué cerrar la posibilidad sin siquiera contemplarla? ¿Por qué seguir pensando tercamente en asfixiar a los colombianos maltrechos por el covid con una reforma tributaria cuando hay otras posibilidades? Aquí aplica perfectamente la frase pronunciada por el dr Cesar Ferrari – PhD en economía, a propósito de este tema: “Medidas extraordinarias para situaciones extraordinarias”.