Luis Humberto Tovar Trujillo
«Aquí los únicos que no están invitados son los corruptos y los violentos. Fico Gutiérrez presidente.»
En esas palabras, bien sintetizadas, por cierto, radica la endemia colombiana; que ahora con el conflicto Rusia-Ucrania se ha convertido en una pandemia, esa sí, de verdad.
Por ahora, se han conocido solo algunos detalles de la corrupción mundial, patrocinada por las grandes elites mundiales, empezando por los Estados Unidos, que de tiempo atrás la han venido financiando, sobre todo en Europa que se ha convertido en el nido de la perra de la corrupción mundial.
Dejemos avanzar los acontecimientos internacionales para conocer de verdad, la realidad de la destrucción rusa en Ucrania, además de las vidas humanas, los laboratorios del mal, de la corrupción, especializados en producir todo lo necesario para destruir a la humanidad.
Volviendo a lo nuestro, excelente la reiterada frase que con frecuencia pronuncian nuestros candidatos como formula presidencial; con ello identifican el mayor flagelo de nuestra sociedad, tema del cual no se ocupa el contendor caracterizado por liderar encuestas pagadas por su campaña, pero perdedor asiduo de las elecciones, ya convertido en vicio, que aspiramos con la derrota que se le avecina, deje de mantener al pais en ese escenario de terror; su gran programa.
Y cómo pueden hablar de corrupción cuando al pais se le deben muchas explicaciones como por ejemplo las bolsas plásticas de dinero encaletado a escondidas; las verdades de los secuestros, extorsiones, asesinatos y torturas realizadas a los colombianos sometidos.
El hecho de haber sido amnistiado, en un acto de generosidad política del Estado con el hoy candidato presidencial de la “corrupción y la violencia”, generosidad de la cual Colombia siempre se arrepentirá, por los siglos de los siglos, no significa, que se encuentre saneado por no haber dicho y mantenernos oculta esa verdad de sus andanzas narcoguerrilleras.
Acaso no nos debe una explicación entendible, por cierto, sobre las razones de esa supuesta “coincidencia” del respaldo político del narcoterrorismo sentado en el congreso, pese a los delitos de lesa humanidad con condenas vigentes, no amnistiados ni amnistiables, y los que son denominados el brazo armado de sus aliados, cuasi legitimados por este gobierno inepto.
Ojalá nuestros próximos mandatarios, se blinden de esos cercanos malhechores con antecedentes, especialistas en la corrupción, para impedir por todos los medios que se contamine la campaña, y el futuro gobierno de la gente.
Por fortuna, sabemos el manantial donde han bebido; gloria a Dios.
