En un panorama de alta inflación global, tasas de interés ‘por las nubes’ e interrupciones causadas por la invasión de Rusia en Ucrania, cualquier escenario inesperado puede llevar al mundo a una recesión. Así lo señaló el Banco Mundial en la presentación de su informe de previsiones macroeconómicas de enero de 2023.
En caso de que esto ocurra, alertó el organismo, marcaría la primera vez en más de 80 años que dos recesiones a nivel global han ocurrido dentro de la misma década. Se prevé que la economía mundial crezca un 1,7% en 2023, desde el 2,9% del 2022; para luego repuntar un 2,7% en 2024.
Es así como el crecimiento para 2023 será el tercero más débil en cerca de tres décadas, solamente, eclipsada por las recesiones de la pandemia de la covid-19 en 2020 y la crisis financiera global del 2019. Este pronóstico es 1,3 puntos porcentuales más bajo que el anterior pronóstico de junio, reflejando así “una política monetaria más agresiva, condiciones financieras deterioradas y una pérdida de confianza”, apuntó la entidad en el documento.
Se espera además que la fuerte desaceleración del crecimiento sea generalizada, con pronósticos revisados a la baja en 2023 para el 95% de las economías avanzadas y casi el 70% de las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Según la entidad, estas condiciones marcarían a las economías de los mercados emergentes y en desarrollo, las cuales se proyecta que frenarían su crecimiento del 3,8% en 2022 al 2,7% en 2023, lo daría muestra de una demanda externa significativamente más débil agravada por la alta inflación, la depreciación de la moneda, las condiciones de financiamiento más restrictivas y otros vientos en contra internos.
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Bajo estas perspectivas de las economías en desarrollo, América Latina y el Caribe desaceleraría su crecimiento desde el 3,6% de 2022 al 1,3% de 2023, para luego repuntar ligeramente hasta el 2,4% un año más tarde. Entre los principales riesgos que se observan para la región está la salida anticipada de capitales y la depreciación de las monedas por las condiciones financieras mundiales. Esto podría “catalizar aún más” el malestar social, dando el “estancamiento de la calidad de vida”.
Finalmente, al segmentar por países, el Banco Mundial estimó que Colombia desacelere su actividad económica desde el 8% alcanzado en 2022 al 1,3% en 2023, antes de recuperarse levemente al 2,4% un año más tarde. Esta desaceleración está explicada por la normalización de la reapertura económica en medio de una estricta política monetaria para controlar la inflación histórica en el país. Estos nuevos pronósticos representan una mejora de 2,6 puntos porcentuales en 2022, versus la estimación de junio; mientras que equivale a una contracción de -1,9 y -0,5 puntos porcentuales, respectivamente, para los años 2023 y 2024, al hacer la comparación con el anterior pronóstico.