La tarde del sábado 21 de septiembre se registró un nuevo ataque con explosivos dirigido a una tanqueta del Ejército Nacional en la zona de Beyotes, municipio de Tame, Arauca. Las autoridades atribuyen el atentado al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que habría utilizado un bus como señuelo al atravesarlo en la carretera para distraer a las tropas. Poco después de la explosión, un ataque con fusil aumentó la tensión en la zona. Afortunadamente, hasta el momento no se reportan víctimas mortales ni heridos.
La defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, rechazó este ataque y expresó su preocupación por la violencia en la región. “Inaceptable ataque con explosivos contra @COL_EJERCITO en Arauca hace pocos minutos. La violencia nunca será el camino. Exigimos respeto absoluto a la vida y derechos humanos de todas las personas”, comentó en sus redes sociales, aliviada de que no se registraran víctimas fatales en el incidente.
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El Ejército Nacional, a través de la Octava División, informó que el ataque fue dirigido a un vehículo blindado del Grupo de Caballería N.º 18 Reveiz Pizarro, mientras transitaba por la vía entre Tame y Betoyes. Según el comunicado, las tropas que fueron blanco del atentado se encuentran fuera de peligro.
Este ataque ocurre apenas cuatro días después de que la base militar de Puerto Jordán, en el departamento de Arauca, fuera atacada, dejando un saldo de tres soldados muertos y más de 30 heridos. El ELN se atribuyó el atentado, alegando que las unidades del Frente de Guerra Oriental llevaron a cabo el ataque con artillería propia el 17 de septiembre.
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El grupo insurgente afirmó que su operación fue en respuesta a lo que consideran la protección del Ejército colombiano a grupos paramilitares, refiriéndose a alias «Pescao» como un supuesto aliado de las fuerzas militares. Este episodio y el reciente ataque en Tame son una muestra de la persistente violencia que azota la región, donde el conflicto armado sigue poniendo en riesgo la vida de las comunidades y los uniformados.
