Por: Samuel Gutiérrez
El 28 de abril se llevó a cabo a nivel nacional un paro liderado por las centrales obreras, profesores y estudiantes. El motivo, querían manifestar su rechazo a la reforma tributaria presentada por el Gobierno del presidente Duque, reforma como lo hemos ya expuesto en anteriores columnas, además de imprudente, muy agresiva con la clase media. La mayoría marchó en paz, con argumentos suficientes, algunos otros por moda, y otros solo con intenciones de robar, destruir y generar caos.
Que algunos hayan tenido el deseo de marchar está bien, están en su derecho, además las motivaciones estaban, pero realmente por estos días hacerlo si me pareció un despropósito, estamos en pleno pico de la pandemia, se acaban las UCI y el oxígeno en el país, y aunque la vacunación avanza muy bien, el tercer pico de la pandemia a golpeado mucho más fuerte. Esa reforma tributaria ya estaba muerta legislativamente hablando, ningún congresista la iba a apoyar así como fue presentada, es claro que se harán reformas, entonces no entiendo el riesgo que tomaron algunos. Leí en redes que varios decían que preferían morir por la pandemia y por ello saldrían a marchar, o que igual morirán por tanto impuesto, la verdad me pareció una exageración y desconocimiento de lo terrible que es el Covid19, solo quienes hemos padecido la enfermedad y a Dios gracias superado, o quienes hemos perdido a un ser querido sabemos lo terrible que es.
También vi a muchos tildando a los políticos de ladrones y la verdad tienen razón, la mayoría lo son, no todos eso sí. Pero si supieran o se dieran cuenta que la corrupción inicia en lo local y por culpa de ellos mismos. Llegan las elecciones locales para elegir alcaldes, concejales, diputados y gobernadores, y si no les dan cincuenta mil pesos por el voto, un bulto de cemento, para pagar el recibo de la luz o una gorra, no votan, así el candidato tenga buenas ideas y ganas de hacer las cosas bien.
Si quieren marchar háganlo, están en todo su derecho, pero no marchen para favorecer un candidato, no marchen en contra de un movimiento político, marchen por la dignidad de todos los colombianos y sobre todo por los más vulnerables. Pero por favor no dañen nada, no ataquen al comercio, no dañen lo público que es de todos, nada justifica usar la violencia en una manifestación. Si quieren cambiar al país inicien por ahí, no pueden querer y hablar de paz y no más guerra, y al tiempo cada que salen a marchar quieran destruirlo todo.
Está bien manifestar el descontento por quienes nos gobiernan, más si fuimos quienes votamos por ellos, pero lo podemos hacer con respeto por el que piensa diferente, con argumentos e informados, sin vandalizar. De nada sirve encender la tv, ver las noticias y tratar de ladrones a los políticos que a nivel nacional dirigen los destinos del país, si cada que hay elecciones locales se sufre de amnesia, por eso les digo de corazón ¡ojalá les dure la indignación!
