Un estudio internacional, publicado en Nature Medicine, ha descubierto que la desigualdad económica y la polución aceleran el envejecimiento cerebral en América Latina, afectando especialmente a las mujeres.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Un grupo internacional de investigadores ha utilizado inteligencia artificial (IA) para analizar datos de más de 5.000 participantes de 15 países y generar ‘relojes cerebrales’. Estos modelos permiten estimar el impacto de factores geográficos, socioeconómicos y demográficos en la salud cerebral, revelando cómo la desigualdad y la polución pueden acelerar el envejecimiento del cerebro, especialmente en América Latina.
El estudio, publicado en la revista *Nature Medicine*, incluyó datos de resonancias magnéticas y electroencefalografías, permitiendo determinar la edad cerebral y comparar cómo esta se desvía de la edad cronológica. Los hallazgos muestran que los cerebros de los latinoamericanos envejecen cinco años más rápido en comparación con otras regiones, lo cual se asocia a factores como la inequidad de ingresos, la calidad del aire y el acceso limitado a servicios de salud.
Desigualdad y salud cerebral
La investigación destacó que la desigualdad en la distribución de ingresos, medida con el índice Gini, es uno de los principales determinantes del envejecimiento cerebral acelerado. En países con altos niveles de desigualdad, las capacidades cognitivas se deterioran más rápidamente. Además, la contaminación del aire fue otro factor que contribuye al deterioro, mostrando que la exposición a ambientes contaminados tiene un impacto directo en la salud cerebral.
La profesora colombiana Sandra Báez, una de las coautoras del estudio, explicó que estos relojes cerebrales, aunque no son una herramienta nueva, permiten analizar el impacto de la diversidad poblacional y las condiciones en que viven las personas, lo que había sido ignorado hasta ahora. «Queríamos investigar cómo factores como la inequidad de género, la exposición a la polución y el acceso a los sistemas de salud afectan el envejecimiento del cerebro», indicó.
Impacto en las mujeres
El estudio también evidenció que las mujeres son más vulnerables al envejecimiento cerebral acelerado, en gran parte debido a las inequidades de género. Históricamente, las mujeres han tenido menor acceso a la educación y peores condiciones laborales y salariales, lo que incrementa su riesgo de deterioro cognitivo. «El género impacta a nivel cognitivo y funcional, pero cuando se incluyen otras variables, como la desigualdad socioeconómica, el efecto del género disminuye», explicó el neurocientífico argentino Agustín Ibáñez, líder del estudio.
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Inteligencia artificial y nuevas perspectivas
La IA jugó un papel fundamental en este estudio, al permitir el análisis de interacciones complejas entre regiones del cerebro. A través de un algoritmo de aprendizaje profundo, los investigadores lograron captar cómo se comunican entre sí diversas áreas cerebrales, permitiendo diagnósticos más precisos y tempranos en personas con deterioro cognitivo leve o enfermedades neurodegenerativas.
Los resultados del estudio no solo son relevantes para la comunidad científica, sino también para los responsables de políticas públicas. Según Báez, es crucial que los políticos consideren factores como la calidad del aire, la equidad en los ingresos y el acceso a la salud al diseñar estrategias que ayuden a mejorar la salud cerebral de la población.
Pobreza y envejecimiento
Un estudio previo, también publicado en *Nature Medicine*, mostró que en América Latina la pobreza juega un papel crucial en el envejecimiento. La falta de acceso a educación de calidad, sistemas de salud deficientes y estilos de vida poco saludables agravan el deterioro cognitivo. «Si eres pobre, enfrentas múltiples factores de riesgo que empeoran tu capacidad cognitiva y funcional en la vejez», afirmó Ibáñez.
En Colombia, al igual que en otros países de la región, se observó que el envejecimiento cerebral no solo está ligado a la edad, sino a la acumulación de disparidades sociales a lo largo del tiempo. «Factores como la baja educación y el aislamiento social, muchas veces relacionados con la pobreza, aceleran el deterioro cognitivo», agregó Hernando Santamaría, investigador de la Universidad Javeriana.
Futuras medidas
El estudio sugiere que, para frenar el envejecimiento cerebral en la región, es necesario abordar problemas estructurales, como la mejora del acceso a la salud y la reducción de la desigualdad. «Cambios a nivel estructural, como mejorar la equidad de ingresos y la calidad del aire, podrían tener un impacto positivo en la salud cerebral de la población», concluyó Báez.
Este tipo de investigaciones abren la puerta a nuevas estrategias que, aplicadas de forma efectiva, podrían transformar la manera en que las políticas públicas abordan el envejecimiento y la salud mental en América Latina.
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