El colegio Colombus American School viene impulsando una campaña para que el nuevo trazado de la ruta 45 no destruya el patrimonio de una comunidad educativa de más de 25 de años. Indiscutiblemente, la infraestructura vial es fundamental para el desarrollo, no solamente de Neiva, sino de la región Surcolombiana. ¿Sin embargo, se justifica la destrucción de espacios fundamentales para la labor pedagógica? ¿No existen alternativas que permitan fortalecer el proyecto vial sin tener que cercenar los ambientes de una Institución Educativa que, desde su fundación, en 1997, procuró respetar la naturaleza de la zona y ofrecer espacios acordes para la formación de niños de la región?
Recordemos que una sentencia del Tribunal Superior del Huila obligó a realizar cambios en el diseño para proteger el túnel verde o Alameda de Trapichito, razón por la cual, la nueva calzada se trasladó del costado occidental al oriental de la actual vía, con un separador de 30 metros, evitando con ello la afectación de los árboles. El túnel verde inicia en el costado norte de la tradicional hacienda Trapichito y termina en el río Arenoso, límites entre Neiva y Rivera. Sin embargo, el proyecto pretende mantener este ancho de separador a la altura de los colegios ubicados en la zona. Algo paradójico, puesto que a la altura de la FET y el Club Campestre la vía tendrá un separador mínimo, muy por debajo de los 30 metros. ¿Entonces, por qué en unos tramos se puede ajustar y en otros no?
Hace 22 años, cuando se creó el Colombus American School, imperaba la Ley 388 de 1997, la cual establecía que las construcciones debían hacerse a 15 metros del eje de la vía actual. Medida que cumplió el colegio a cabalidad y por lo cual le fue otorgada la licencia de construcción. Con el actual trazado, la concesionaria insiste, amparada en aspectos legales, en adquirir una franja de casi 60 metros desde el eje de la vía, algo inaudito para construir un solo carril. A la vez que saludamos el fortalecimiento vial del departamento, advertimos que hay alternativas, como la reducción del separador y un ajuste al trazado, que permitan armonizar el desarrollo sin destruir el capital cultural y social existente. Nos unimos al clamor que está haciendo la comunidad educativa a la dirigencia del departamento, a la ANI y a la concesión Ruta al Sur, para que se salvaguarde lo que con tanto esfuerzo se ha construido en décadas.
Consideramos que las directivas de esta empresa concesionaria establezcan una mesa de trabajo con dichos actores, el fin de concertar algunas alternativas de su trazado, que armonicen los intereses de los estamentos de estas instituciones educativas, con el trazado de la esta vía que es de vital importancia ´para el desarrollo de la infraestructura productiva del departamento. Vale la pena intentarlo.
