La natilla y los buñuelos se destacan como dos de las recetas más emblemáticas y auténticamente colombianas durante la temporada de fin de año.
Mientras que en otros países predominan los panes navideños o panetones, así como los ponqués de frutas y galletas, conseguir las mezclas y la masa para nuestra natilla y nuestros buñuelos puede ser un desafío en el extranjero.
Estos dos platillos, ricos en tradición, son solo el comienzo de las delicias culinarias que caracterizan las festividades en Colombia. El clásico asado o sancocho de olla, una tradición arraigada que reúne a familias en parques y ríos cada 25 de diciembre y primero de enero, se extiende a lo largo y ancho del país, tejiendo lazos familiares alrededor de la comida.
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Y, ¿qué decir de los tamales? En cualquier hogar respetable, los tamales son una oferta culinaria imprescindible durante esta época del año. Perfectos para acompañar desayunos con arepa, otro producto muy colombiano, o disfrutar en una tarde acompañados de chocolate caliente y cuadraditos de queso derretido. Las almojábanas, otro de nuestros productos insignes, no se quedan atrás.
Y no puede faltar el dulce de nochebuena que lleva papaya melada, la breva, el bizcocho y el queso melado.
Por supuesto, la Lechona, jugoso plato que combina arroz, carne de cerdo y especias, se suma a la mesa festiva. Y aunque las procesiones navideñas de pesebres vivos son una práctica común en muchos países que acogen a los más de 1.200 millones de católicos en el mundo, las colombianas se destacan por su colorido y alegría, añadiendo un toque especial a estas celebraciones. ¡Colombia brilla con su riqueza gastronómica y cultural durante las fiestas decembrinas!
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